Un albañil de 33 años quedó a un paso de ir a juicio, siempre que mantenga su argumento de que es ajeno a los delitos que le atribuyen y no tome el camino alternativo de reconocer que sí cometió graves ataques sexuales contra sus dos hijas cuando eran nenas y acepte ser castigado en un juicio abreviado. El acusado tiene prisión preventiva domiciliaria y era asistido por el defensor Claudio Vera, pero en la audiencia de ayer puso en conocimiento ante el juez de Garantías, Diego Sanz, que Alejandro Castán lo asistirá en lo que resta del proceso. Por esa razón, el magistrado postergó la audiencia de control de acusación prevista para ayer (allí se pone fin a la investigación y se definen las pruebas del juicio), con el objeto de que la nueva Defensa estudie el caso.

El sospechoso ya conoce la intención del fiscal coordinador de la UFI CAVIG, Roberto Ginsberg, de que lo declaren culpable por las reiteradas violaciones contra las hermanas (agravadas por la situación de convivencia y la guarda) y que le impongan una condena de 14 años, indicaron voceros judiciales.

El imputado había convivido con la madre de las niñas desde 2010 y hasta febrero pasado (con períodos de separación en el medio). Y fue precisamente esa ruptura la que animó a la mayor de las hermanas a denunciar a su expadrastro de apellido Paredes el último 25 de febrero.

Entonces dijo que cuando su madre comenzó a convivir con el albañil ella tenía 9 años. Y que desde esa edad empezó a sufrir manoseos y violaciones que se prolongaron hasta que tuvo unos 10 años y medio.

Cuando se conoció ese caso, se comenzó a investigar la posibilidad de que también hubiera arremetido contra la hermana menor. El 27 de julio pasado, la madre de esa niña denunció en el CAVIG porque era menor, y en la entrevista ante psicólogos esa jovencita dijo que a ella su padrastro comenzó a manosearla desde que tenía 6 años (a mediados de 2012) y hasta que cumplió 9. Nunca antes dijo nada -explicó- porque su padrastro había amenazado con matar a su madre, a sus hermanos, a sus abuelos y aún hasta su padre biológico si llegaba a decir algo.

La versión de las niñas, la conclusión de los psicólogos de que ambas presentaban los signos de abuso sexual y otras evidencias, llevaron a Fiscalía a reforzar las sospechas contra el albañil.