El juez Martín Heredia Zaldo (de traje) llegó hasta la escena del crimen para dirigir en persona las primeras medidas de investigación.

Estaba dentro de la casa de su papá, apenas un metro después de la puerta de ingreso, boca abajo, con los puños cerrados. Cuando el médico legista revisó el cuerpo, descubrió un golpe en el costado izquierdo de su rostro, marcas en el cuello y dos puntazos, uno en la mama derecha y otro en la zona del corazón que, al parecer, fue fulminante, dijeron fuentes policiales y judiciales. El complemento de esa macabra escena fue la hoja del cuchillo tipo Tramontina usado para matarla, sin el cabo, y la ausencia de la moto Corven 110 cc roja de la víctima, precisaron.

A pesar de que todo indica que pudo tratarse de un homicidio en ocasión de robo, los investigadores sospechan que pudo ser también un crimen pasional.

Myriam Morales se llamaba esa víctima. Tenía 40 años, un hijo de 15, un marido y vivía a tres casas de sus papás, en el asentamiento El Carril en calle Alfonso XIII, entre 12 y 13, en Pocito. Ayer había ido a la casa de su padre a hacerle la limpieza y la comida como en los últimos días, porque su mamá se había ido a visitar a otra hija en La Plata, Buenos Aires, acompañada del único hijo de Myriam, que tiene 15 años, contaron sus familiares.

El hecho de que la mujer tuviera los puños cerrados, y por la forma y la localización en su cuerpo de algunas lesiones, llevaron a suponer al médico de la Policía que se defendió de su homicida.

También conjeturaron que el atacante ingresó sin forzar la puerta, bien porque la mujer le abrió o porque la siguió hasta la casa después de que ella fuera hasta un almacén.

Myriam Morales, la víctima.

Pudo ser pasional porque antes de casarse, la mujer tuvo una relación conflictiva con otro sujeto.

Además suponen que el crimen pudo ocurrir alrededor de las 11, porque a esa hora un testigo de la zona vio salir en la moto de Myriam y de la casa de su padre a un sujeto que intentó cubrirse el rostro con una capucha para no ser reconocido.

Pero del crimen se supo alrededor de una hora después, sobre las 12, cuando el padre de la mujer llegó de trabajar y se la encontró en el ingreso de la casa, sin vida.

¿Por qué suponer que existió un crimen pasional? Según las fuentes, la mujer estuvo un tiempo separada de su actual marido y padre de su hijo, pero durante ese período tuvo al menos otra relación que fue complicada. Ayer se hablaba de que hubo violencia de por medio y hasta denuncias en la Policía.

El caso es investigado por efectivos de Homicidios con apoyo de otras áreas de la Fuerza, bajo estrictas directivas del juez Martín Heredia Zaldo (Cuarto Juzgado de Instrucción) que ayer dirigió en persona, en la escena del crimen, los primeros pasos para esclarecer el caso.