Si su planteo de probation prosperaba, su planilla quedaba como si nada hubiera pasado. Porque eso implica la probation o suspensión del juicio a prueba: si el acusado no tiene condenas previas, si la escala del delito permite una pena sin encierro, si realiza un pago (simbólico) para reparar el daño y cumple tareas comunitarias en favor de una institución de bien público, la acción penal (la persecución del Estado), se suspende mientras cumpla las reglas de conducta y al final se extingue o desaparece. Juan Eduardo Echegaray (28) pretendía esa salida en dos causas por tentativa de robo en casas de Capital, en 2015 y 2016. Pero en el medio ocurrió algo trágico que complicó todo: la muerte de su madre, la jubilada Liliana Loyola (64), ocurrida el 9 de enero pasado a causa de un incendio en su casa del barrio Aramburu, Rivadavia, entre las 20 y las 21 del 29 de noviembre pasado. Luego de recolectar las pruebas del caso, el juez Martín Heredia Zaldo, estableció que ese siniestro fue ocasionado con alcohol por el propio Echegaray porque la mujer no quería darle plata.

Echegaray quedó preso el 10 de enero pasado, acusado de causar la muerte de su madre adoptiva. Y su detención es la principal razón por la cual la fiscal Marcela Torres había dicho que no se le podía otorgar ese beneficio. Y ahora el juez Raúl José Iglesias, resolvió adherir al rechazo de Fiscalía, dijeron fuentes judiciales.

Todo indica que Echegaray deberá sentarse en el banquillo de los acusados para defenderse en un juicio oral y público. O admitir su responsabilidad en un juicio abreviado por esos dos delitos: la tentativa de robo en la céntrica casa del abogado Nasser Uzair en agosto de 2015 (el letrado los sorprendió con un cómplice y los obligó a huir). Y otro caso calcado en enero de 2016 en una casa de Concepción, Capital, en la que pudo robar y huir tras abandonar el botín, aunque luego fue capturado.