El fiscal Daniel Galvani le pidió ayer al juez Maximiliano Blejman (Sala II, Cámara Penal), que condene a 12 años de cárcel a un docente de actividades agroindustriales de una secundaria de Rawson, por haber violado a un chico que había sido alumno suyo en la sala de profesores de la escuela. El menor en cuestión tenía 17 años cuando el hecho se denunció (el 10 de febrero de 2020) y padece un retraso madurativo de ‘moderado a leve’, dijeron fuentes judiciales. Para el fiscal quedó probado que el docente embaucó al menor ‘para satisfacer sus bajos instintos’ con la promesa de darle una cadenita. Y consideró que tanto ese engaño como el hecho de ser encargado de la educación del chico, agravan los principales delitos que le imputó: abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, es decir, haber torcido el sano sentido del sexo en ese menor que ‘nunca prestó un consentimiento válido’ a las maniobras sexuales.

El relato del menor de que esos ataques ocurrieron unas 8 o 9 veces en los recreos de la mañana de los días miércoles en la sala de profesores; la confirmación de los psicólogos de que el chico no mentía ni tampoco presentaba signos de haber sido inducido a declarar contra el docente; y un informe médico, fueron para el fiscal pruebas contundentes de que los abusos existieron y los cometió el acusado.

Antes de escuchar el pedido de castigo de Fiscalía, Giménez volvió a declarar para intentar desligarse. Admitió parcialmente su primera declaración apenas se inició la investigación, cuando declaró que el propio chico lo contactó por Facebook para decirle que estaba enamorado de él. Y que cometió el error de mandarle una foto suya en boxer.

Ayer, sin embargo, dijo que en esa primera declaración no fue bien asesorado por su primera abogada y negó haber enviado esa foto y también los mensajes que no dejaban lugar a dudas de que mantenía relaciones sexuales con el menor.

Aseguró, en cambio, que le habían hackeado el teléfono entre los meses de junio y septiembre de 2019, y que incluso perdió su teléfono en un cajero, por lo que estaba convencido de que alguien, no él, mandó su foto desnudo al menor (dijo que él se la sacó para enviársela a una expareja) y los mensajes de ineludible contenido sexual que intercambió con él.

Su defensor, Nicolás Fiorentino, pidió anular la ampliación de acusación del fiscal, pues a su entender el acceso carnal había sido descartado en la etapa de investigación y no pueden atribuirle otra vez el mismo delito. También negó que su cliente hubiese tenido conductas tendientes a corromper al menor, pues aun en el ‘caso supuesto’ de que hubiesen tenido contactos sexuales, había que ‘modificar la perspectiva’ y preguntarse si acaso los actos que incluyen el ‘disfrute sexual’ pueden ser considerados delitos pues, en su opinión, el menor fue quien buscó al docente y le pidió una foto suya desnudo.

Fiorentino no ocultó su impresión de que el chico puede ser homosexual y cuestionó los informes psicológicos, pues aseguró que hay referencias de que el menor había sufrido abusos cuando era niño y no se podía determinar con contundencia en qué etapa había padecido situaciones de abuso que llevaron a los investigadores a hablar de la presencia de indicadores de agresiones sexuales. Por todo eso pidió la absolución.

Hoy, el juez escuchará las últimas palabras del acusado y dará a conocer su veredicto.