"Abusador". Mario Antonio "Chingolo" Ortiz fue procesado con prisión preventiva por ultrajar a las niñas.

Dos testigos y las pericias psicológicas fueron para el juez de Instrucción Guillermo Adárvez, dos pruebas claves que lo llevaron a concluir que aquel revuelo de julio pasado con tres hermanitas "extraviadas" en Caucete, escondía una historia de abusos sexuales graves contra esas niñas, una de 9 años y sus hermanas gemelas de 7. Para el magistrado se probó que Mario Antonio Ortiz (46 años, alias "Chingolo") las sometió a prácticas sexuales equiparables a una violación (como el sexo oral) y por eso lo procesó con prisión preventiva, dijeron fuentes judiciales.

Para el titular del Tercer Juzgado de Instrucción también se probó que la madre de las niñas, de 40 años, cometió exhibiciones obscenas, pues las niñas habían referido que la vieron mantener sexo con algunos sujetos que la visitaban en el humilde rancho donde vivían. La mujer, sin embargo, fue procesada sin prisión preventiva porque le atribuyen un delito excarcelable, indicaron.

La decisión del magistrado aún puede ser apelada para que la revise un tribunal superior.

El conmocionante caso ocurrió la noche del sábado de julio pasado, cuando una vecina denunció que las tres hermanas habían sido trasladadas desde su casa en un vehículo en el que habían visto al "Chingolo".

Complicada. La mamá de las nenas fue procesada sin prisión preventiva, pero sigue en la mira. Sus hijas ya no están con ella.

Para entonces la mujer ya sabía lo que les pasaba a las nenas cuando se quedaban a solas con ese sujeto los fines de semana, en un rancho de nylon cercano al basural de Caucete. La mayor le había descripto los abusos a los que la sometía y las gemelas también.

La mayor de las niñas también le dijo a esa mujer que quería quedarse con ella y no estar más con su mamá, porque ya le había dicho lo que les hacía el "Chingolo" pero las regañaba y no les creía.

Al hacerse público el caso, la madre de las niñas dijo que las tenía Ortiz, a quien le permitía llevárselas porque lo conocía y confiaba en él. El domingo a la noche, el sujeto devolvió a las niñas y se fugó.

Según voceros, la mujer influyó a sus hijas para que no revelaran en Cámara Gesell detalles de sus traumáticas experiencias. Y si bien solo una de ellas refirió haber sido testigo de cómo abusaban de su hermana, las psicólogas detectaron en las nenas numerosos indicadores de que habían sufrido abusos sexuales.

El hecho de haber influido en sus hijas no es un dato menor, por eso la conducta de la madre aún sigue bajo la lupa de los investigadores, precisaron.