Ya son exactamente 100 días los que estuvo desaparecido Facundo Astudillo Castro, quien fue visto por última vez el 30 de abril pasado cuando, a pesar del aislamiento obligatorio, decidió viajar hasta Bahía Blanca haciendo dedo en la ruta para reencontrarse con su novia, con quien había tenido una discusión.

“Mamá, vos no tenés idea dónde estoy, no me vas a volver a ver más”, le dijo a su madre el joven de 22 años poco después de las 13 horas de aquel día, en la última comunicación que se le conoce desde que salió de su casa ubicada en la ciudad de Pedro Luro.

Desde aquel momento, la principal versión que se maneja es que Astudillo Castro habría sido detenido en la localidad de Mayor Buratovich, donde presuntamente le labraron dos actas por haber violado la cuarentena, pero hasta ahora no se sabe con precisión qué pasó con él después de eso.

Su familia está convencida de que fue víctima de una “desaparición forzada” y que al menos nueve oficiales de la Policía Bonaerese desplegaron un plan de encubrimiento que incluye “demoras en los rastrillajes, pistas falsas y testigos truchos” a la causa, según denunció el abogado Leandro Aparicio, que representa a la querella.

“Nosotros tenemos tres testimonios que dicen que Facundo fue metido entre las 15.30 y las 16 a una camioneta de la policía. Y desde ahí no hay ningún testimonio concreto que desvirtúe esos tres testimonios”, explicó el letrado.

Hace pocos días, una artesanía que podría haber pertenecido al joven fue encontrada por un perro rastreador en un antiguo calabozo de la comisaría de Teniente Origone: se trata de una esfera de madera pintada como una sandía.

“La madre no solo reconoció el objeto, sino que cuando lo vio adelantó que en su interior había una vaquita San Antonio (que efectivamente fue hallada dentro)”, aseguró Aparicio.

El objeto encontrado en un viejo calabozo de la comisaría de Teniente Origone, que según la madre le pertenecía a Facundo.

Del procedimiento también participaron perros de la División K9 de la Policía Federal y de Prefectura. Según informaron fuentes del caso, los canes de las fuerzas de seguridad no habían detectado ningún rastro cadavérico relacionado con Astudillo Castro en esa dependencia.

Por su parte, a fines del mes pasado el presidente Alberto Fernández y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, se comunicaron con la madre del chico desaparecido para ponerse a disposición.

“El Presidente me llamó una vez, pero estoy muy decepcionada. Le pedí un favor personal como madre y todavía estoy esperando“, fue la respuesta de Cristina Castro durante una entrevista con Radio Continental.

Durante la investigación, la mujer pidió el apartamiento de Santiago Ulpiano Martínez, titular de la Fiscalía Federal N°1 de Bahía Blanca, quien está al frente del caso, por considerar que actúa con “parcialidad” y “serias” irregularidades en el proceso, pero el planteo fue desestimado por la jueza federal de esta misma ciudad, Gabriela Marrón.

De hecho, recientemente Ulpiano Martínez ordenó el análisis de restos óseos y elementos secuestrados durante una inspección ocular realizada a la altura del kilómetro 780 de la ruta por la que iba el joven de 22 años.

Los huesos fueron encontrados a partir de la advertencia de una vidente a la familia Castro. El pedido lo hizo la querella y fue aceptado por la Justicia. Se llevó a cabo en un camino de tierra lindante, donde además se hallaron otros elementos, como prendas de vestir, zapatillas y un recipiente de cerámica con el escudo de Boca, los cuales, en principio, no fueron reconocidos por la madre del muchacho. Por su parte, un vocero allegado a la investigación reconoció que “se encontraron huesos”, pero que “serían de un animal”.

Huesos y elementos encontrados a la vera de la Ruta Nacional N° 3.

Horas antes, la Fiscalía había pedido la imputación y la citación a declaración indagatoria de algunos implicados (presuntamente policías, según revelaron fuentes del caso a este medio, aunque eso no fue confirmado oficialmente), pero la jueza Marrón rechazó la solicitud por considerarla prematura, al entender que no existía mérito suficiente y sin perjuicio de lo que surja del desarrollo de la pesquisa.

Por otra parte, los investigadores pudieron conectarse al WhatsApp del joven desaparecido al conseguir un chip para activar la línea que él usaba y pudieron recuperar “algunos datos”, los cuales se resguardaron en un CD.

Además, la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) presentó un informe sobre los resultados arrojados por el Sistema de Localización Automática Vehicular (AVL) de los patrulleros policiales investigados, que serán analizados por la División Búsqueda de Prófugos y Personas Desaparecidas de la Policía Federal Argentina (PFA).

Lo que se pretende es saber si alguno de estos vehículos se desvió de su camino asignado para las tareas de vigilancia y prevención en medio del período más estricto de la cuarentena obligatoria.

Asimismo, el fiscal Ulpiano Martínez recibió el teléfono secuestrado al policía Jorge Agustín Galarza, quien declaró haber visto a Astudillo Castro en Bahía Blanca después del 30 de abril, y el aparato será analizado por la División de Apoyo Tecnológico de la PFA.

En tanto, el Gabinete Científico de esta misma fuerza de seguridad hará un peritaje caligráfico sobre el libro de actas, guardias y novedades de la comisaría de Hilario Ascasubi para determinar si en las anotaciones correspondientes al 30 de abril pasado existen enmiendas, raspaduras, borrones o faltantes de hojas que permitan suponer que existió una adulteración de su contenido o, en la medida de lo posible, informe si existieron agregados posteriores a la fecha mencionada.