La liberación ocurrió un día que veía televisión y estalló en lágrimas mientras observaba un cuadro desgarrador, como el que había atravesado ella: en las imágenes, una nena relataba los abusos que había sufrido a manos de su papá y no pudo contenerse. Aquel 27 de marzo de 2019 decidió que era hora de denunciar a su propio padre y así lo hizo. Para entonces se libraba de la opresión paterna y transitaba otra etapa, con una pareja, otro hijo nacido del amor, amigos, trabajo. Libre, lejos de esa vida llena de cicatrices y privaciones que le dejó el violento y abusivo dominio de su padre, un albañil (hoy de 66 años), que durante 24 años la sometió a su antojo, obligándola a mentir sobre la paternidad de dos de sus hijos y haciéndole perder, a golpes, un tercer embarazo. Aquella golpiza fue terrible, porque no sólo le arrancó la vida a esa criatura; también puso en peligro la suya propia a causa de las lesiones internas que le provocaron peritonitis.

Ahora, ese albañil llega a juicio en la Sala II de la Cámara Penal. Pero no irá a un debate común y aceptará un proceso abreviado acordado a través de su defensor, Alejandro Castán, con el fiscal Daniel Galvani. En ese pacto admitirá su autoría en los graves delitos cometidos contra su hija (hoy de 38 años) y ratificará su intención de purgar una condena de 15 años de cárcel, indicaron fuentes judiciales.

El violento despertar sexual de esa mujer comenzó cuando tenía 12 años y su papá comenzó a violarla diciéndole que le enseñaría a "hacer las cosas bien". Tuvo su primer hijo a los 20 años y le mintió a todos en su casa diciéndoles que el padre del chico era un verdulero, que no quería hacerse cargo.

Un par de años después, en 2007, volvió a quedar embarazada, pero en un arranque de furia de su padre, quedó al borde de morir porque en medio de una discusión la atacó a trompadas, le hizo perder el bebé de cinco meses de gestación y a ella la dejó al borde de lo peor con un cuadro de peritonitis.

A los 28 años tuvo a su segundo hijo, volvió a atribuirle la paternidad a un inexistente obrero compañero suyo en la cosecha y siguió viviendo con sus padres. Pero años después, otra discusión con su papá la animó a irse de la casa, sólo con el menor de sus hijos porque el mayor prefirió quedarse.

Deambuló por casas de varios parientes hasta que conoció a su actual pareja y también a integrantes de la "Asociación Amas de Casa". Y denunció. Y una prueba de ADN a uno de sus hijos reveló la paternidad del acusado con un 99,999%. Y una entrevista con los psicólogos puso al descubierto el profundo daño psíquico y emocional que le habían dejado esos 24 años de violenta convivencia con su papá.

Será la jueza Silvina Rosso de Balanza (Sala II, Cámara Penal) la que deberá decidir si acepta o no la propuesta de juicio abreviado. Si lo hace, no podrá agravar la condena que acordó el acusado.


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Cientos de integrantes de la "Asociación Amas de Casa" rodearon Tribunales en un abrazo simbólico, para dar apoyo a la mujer abusada durante 24 años por su padre.
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