Este jueves 18 de diciembre de 2025, el estilista sanjuanino David Arturo Mariño fue absuelto por el tribunal colegiado en un caso de alto impacto social que lo mantenía bajo detención domiciliaria. El hombre de 73 años estaba siendo juzgado por la presunta comisión de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, ambos agravados por la guarda, en perjuicio de un niño de 12 años que esperaba adoptar.
El tribunal, compuesto por los jueces Guillermo Adárvez, Eugenio Barbera y Diego Manuel Sanz, resolvió la absolución contra el imputado Mariño aplicando el beneficio de la duda.
La fiscal Andrea Insegna, de la UFI ANIVI, había solicitado una condena de 15 años de prisión para el acusado, basándose en la declaración del menor en Cámara Gesell y otras pruebas que, según la acusación, acreditaban los ultrajes. Por su parte, el abogado defensor, Ismael Hidalgo solicitó la absolución.
El caso se centró en un niño sin familia que residía en un hogar del Estado a la espera de ser adoptado. En 2024, Mariño, un estilista que había regresado a San Juan e iniciado los trámites de adopción tras la muerte de su pareja, se acercó al menor.
Con la autorización judicial, el hombre retiraba al niño del hogar todos los fines de semana con el objetivo de estrechar vínculos y avanzar en el proceso adoptivo.
En abril pasado, el niño de 12 años denunció a los responsables del hogar que Mariño había abusado de él. El menor aseguró que fue sometido sexualmente en, al menos, siete oportunidades durante 2024, en la casa del estilista.
A pesar de la contundente declaración del niño a través de Cámara Gesell, el examen médico forense arrojó que no presentaba lesiones compatibles con las producidas en un ataque sexual, un punto clave considerado durante el debate.
Durante el juicio oral y público, Mariño declaró y negó categóricamente las acusaciones. En su testimonio, el estilista aseguró ser víctima de una cuestión homofóbica en su contra y dejó entrever que la denuncia podría ser parte de una venganza.
También mencionó supuestos problemas de conducta del niño y presiones que recibía de los directivos del hogar para concretar la adopción, buscando sembrar dudas sobre la veracidad de la imputación.
La absolución bajo el beneficio de la duda pone fin a este caso que enfrentaba la versión del menor con las pruebas médicas y la defensa del acusado, quien ahora queda en libertad. Sin embargo, el fallo aún no está firme y la fiscalía puede impugnar.

