El lunes por la tarde se produjo una disputa entre padre e hijo en una reconocida heladería de Rivadavia. El padre incluso empuñó un arma de fuego apuntando a su hijo, provocando un momento de tensión entre los presentes que obligó a la intervención de la Policía. Lo cierto es que el hombre armado supo ser presidente de Sportivo Desamparados: Guillermo García, quien supo presidir al Víbora en dos ciclos y tiene en su haber, la instalación de la iluminación artificial en el Serpentario.
El hecho ocurrió en la sucursal ubicada en avenida Libertador. Lo que primero comenzó como una discusión pasó a mayores, cuando el expresidente de Sportivo, hoy de 72 años, empuñó un arma contra su hijo, Guillermo Martín García, de 49 años.
García padre, radicado en Marquesado, le exhibió el revólver calibre 22 a su hijo y cuando llegó la policía, la situación se volvió más tensa. García padre se incomodó y hasta discutió con los uniformados. Finalmente, lograron reducirlo, quitarle el arma y ponerlo a disposición de la Justicia.
Guillermo García supo ser presidente de Desamparados en dos ocasiones. En 1990 y cuando apenas tenía 36 años, se hizo cargo de la vida institucional de Desamparados al sustituir a Carlos Cámpora. Fue tan sólo un año, pero lo marcó tanto que 26 años después volvió a ser el principal titular. Tomó al máximo escalón de la comisión directiva el 28 de diciembre de 2007 tras la renuncia de Luis Moyano (García era el vice) para marcharse dos años después.
Durante es lapso levantó las deudas contraídas por el club y fue pieza clave en la instalación del sistema de iluminación artificial. Ese periodo se marcó por un hecho sin antecedentes, cuando despidió al técnico Mauricio Magistretti a través de un mensaje de texto porque este no le atendía el celular al considerar que fue el culpable de no haber logrado el ascenso. Antes había tenido una denuncia penal también por parte de un dirigente de San Martín Pablo Slavutsky con quien mantuvo una fuerte y acalorada discusión en un café céntrico.

