Julio César Talquenca y María Natalia Castro, una pareja oriunda de Caucete conocida en el ambiente delictivo, quedaron en el centro de una investigación que expuso un circuito de comercialización de elementos robados que generaba temor en el departamento. Ambos se dedicaban a trasladar, usar o vender objetos sustraídos, aunque nunca fueron investigados por cometer los robos, sino por la receptación de esos bienes.

Los dos cumplen prisión preventiva desde el 11 de noviembre de 2025, cuando fueron detenidos tras ser descubiertos circulando en una moto robada a un policía de Caucete. El hecho ocurrió el 8 de noviembre, cuando desconocidos ingresaron a la vivienda del uniformado y se llevaron, además del rodado, una bicicleta, una pava eléctrica y un casco.

Fiscal Paula Arredondo y fiscal ayudante Carlos Yanzón.

La clave para dar con la pareja fue un taxista, quien reconoció la moto luego de que el policía difundiera el robo en redes sociales. El chofer dio aviso a la Policía y decidió seguirlos. En la madrugada del día siguiente, Talquenca y Castro advirtieron que eran perseguidos, perdieron la estabilidad de la moto y terminaron cayendo, lo que permitió su detención.

Inicialmente, ambos fueron imputados por receptación agravada por encubrimiento: la mujer por un hecho y el hombre por dos. Sin embargo, tras más de un mes de investigación, este martes 16 de diciembre de 2025 la situación judicial de Talquenca se agravó considerablemente. La fiscal Paula Arredondo y el fiscal ayudante Carlos Yazón, de la UFI Delitos Contra la Propiedad, expusieron ante el juez Matías Parrón que al acusado se le sumaron dos hechos más.

Matías Parrón, juez de garantías.

Según se detalló en la audiencia, Talquenca dejó una bolsa con numerosos elementos robados en el local de un comerciante y, días después, le vendió al mismo hombre una motosierra robada por 60.000 pesos. El comerciante se presentó de manera espontánea en la Policía al enterarse de la detención del sospechoso y denunció ambos episodios. La investigación confirmó que todos los elementos eran de origen ilícito y pertenecían a dos víctimas de robos distintos.

De esta manera, Talquenca quedó imputado por cuatro hechos de receptación agravada por encubrimiento, y en uno de ellos se le agregó la agravante del ánimo de lucro.

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Hernán Eslabusqui, ayudante de la defensoría oficial.

En cuanto a María Natalia Castro, solo quedó imputada por un hecho. A través del ayudante de la Defensoría, Hernán Eslabusqui, aceptó un acuerdo de juicio abreviado por el cual recibió una pena de siete meses de prisión efectiva, a cumplir en su domicilio, donde permanece detenida. El juez Matías Parrón homologó el acuerdo, dictó la condena y la declaró reincidente, ya que en mayo pasado había terminado de cumplir otra pena por hechos similares.

La causa continúa su curso, con Talquenca en una situación cada vez más comprometida, mientras la Justicia intenta desarticular este circuito de receptación que mantuvo en vilo a vecinos y comerciantes de Caucete.