El dueño del horno calero de Los Berros donde el pasado 2 de octubre murió un trabajador llamado Marcelo Oro (34) fue acusado de haber amenazado a la familia del fallecido para llegar a un acuerdo económico. Eso denunció Maximiliano Páez Delgado, el abogado que representa a la expareja e hijas de la víctima, quien dijo que Carlos Romero (66) se presentó en la casa de la mujer y de manera “no armónica” le dijo que tenía dos días para aceptar un acuerdo económico que le iba a presentar, y que si no lo hacía luego no iba a ver “ni una monedita”.
Eso ocurrió, según el querellante, horas después de que se venciera la prisión domiciliaria que pesaba sobre el único imputado que tiene el caso, el 4 de noviembre pasado.
Este martes, en una audiencia llevada a cabo en Tribunales, Páez Delgado relató la situación y pidió al juez de Garantías Rodolfo Figuerola que Romero sea vigilado mediante un dispositivo electrónico, para evitar nuevos contactos que puedan entorpecer la investigación. Además, solicitó que Javier Romero, hijo del dueño del horno calero, sea imputado a la causa porque “es cómplice o partícipe del homicidio, fue causado por ambos”.
De parte de la UFI Delitos Especiales, los ayudantes fiscales Ignacio Domínguez y Roxana Fernández adhirieron al pedido de medidas para evitar el entorpecimiento de la investigación, y sobre la posibilidad de sumar otro acusado señalaron que primero deben terminar de producirse algunas pruebas, como el análisis del celular del fallecido. Y que luego “se tomará la decisión”.
A su turno, Ricardo Lorenzo Mira, defensor de Romero, desmintió que el contacto de su cliente con la familia de la víctima haya sido en el marco de una amenaza. El letrado admitió que el imputado fue a la casa de la expareja del fallecido, de hecho dijo que él se lo recomendó, pero para “buscar una solución”. Agregó que Romero era muy amigo de Oro y que “este vínculo se ha mantenido” incluso con familiares de la víctima, quienes cuando estaba detenido en su casa “se acercaban a preguntar cómo estaba”. “Es real, ha sido por sugerencia de esta defensa, pero en ningún momento ha ido a amenazar, quería buscar una solución… ha perdido un amigo”, dijo el defensor. Luego explicó que la intención de Romero era preguntarle a la mujer si sus dos hijas ya tenían un abogado que las representara en la Justicia.
El juez Figuerola resolvió imponerle a Romero algunas reglas de conducta, como la prohibición de acercamiento y de contacto hacia la ex y las hijas de Oro. El plazo para investigar vence en abril. Además, no hizo lugar al pedido de la Querella de imputar a Javier Romero, puesto que eso es facultad de Fiscalía y esa decisión todavía no ha sido tomada.
La tragedia ocurrió el 2 de octubre pasado, en un horno calero ubicado en el kilómetro 65 de la Ruta 153, en Sarmiento. Aproximadamente a las 9.30, en la subcomisaría Soria recibieron un aviso sobre el fallecimiento de Marcelo Oro en el interior de la calera. Según los testimonios recabados en el lugar, Oro, quien se encontraba trabajando en la parte superior del horno moviendo piedras, cayó al interior del mismo luego de que una de las paredes se desmoronara. Se cree que el accidente ocurrió debido a la falta de medidas de seguridad y a la ausencia de habilitaciones en la calera, propiedad de Romero.