Gendarmería Nacional volvió a quedar bajo escrutinio público luego de que se conociera una nueva denuncia por abuso sexual y presunto encubrimiento dentro del Instituto de Formación “Gendarme Félix Manifiore”, ubicado en Barreal. Según publicó el sitio Real Politik, una joven sanjuanina aseguró haber sido agredida por un aspirante de la fuerza en un boliche y el episodio se suma a un panorama institucional ya marcado por una causa federal previa, en la que tres gendarmes fueron imputados por abusos sexuales, amenazas, coacción agravada y violación de los deberes de funcionario público.
Aunque se investigan en ámbitos distintos y no tienen conexión jurídica, ambas causas comparten un elemento que preocupa: señalamientos de abuso de poder y la existencia de una supuesta red de protección interna hacia los acusados, un patrón que —si se confirma— comprometería la transparencia del funcionamiento institucional de Gendarmería en San Juan.
De acuerdo al medio citado, la denuncia más reciente fue radicada el 3 de julio de 2025 en la UFI CAVIG. La presunta víctima relató que un de 22 años, identificado con las iniciales E.A.F., se colocó detrás de ella mientras bailaba en un boliche de Calingasta, la tomó de la cintura y se frotó contra su cuerpo sin consentimiento. La joven reaccionó de inmediato y logró apartarse tras forcejear.
Pese a los testigos aportados y a un relato que, según la publicación, se mantuvo firme desde el inicio, la institución habría actuado de manera contrapuesta a lo esperado. La denunciante afirmó que sufrió hostigamiento y revictimización, mientras que el aspirante habría recibido apoyo de sus superiores.
La situación se tornó aún más tensa cuando la joven denunció que, días después del hecho, E.A.F. circulaba cerca de su domicilio en un vehículo conducido por el segundo comandante Carlos Ozuna, jefe directo de los aspirantes. Ese episodio quedó registrado tanto en la denuncia penal como en el formulario de protección policial.
El punto crítico surgió cuando Ozuna reconoció por escrito haber trasladado al aspirante en su auto particular la noche del 30 de junio, fuera del horario administrativo y sin autorización, lo que contradice los reglamentos internos del instituto. A pesar de ello, el comandante pidió ser apartado de la causa y sostuvo que la denuncia en su contra se basaba en afirmaciones falsas.
La investigación continúa en manos de las autoridades judiciales, mientras crecen las dudas sobre el manejo interno de las denuncias dentro de la fuerza.

