– ¿Cómo le ha sentado el caso del subjefe de la División Drogas Ilegales, detenido por el escándalo más grande de drogas de San Juan?

– Quiero diferenciar dos cosas. En primer lugar, esperar cómo avanza la investigación que está llevando a cabo Rago Gallo y que determine la culpabilidad o la inocencia del efectivo a disposición del Juzgado Federal. La segunda, cuando ocurren diferentes hechos en la fuerza que llevan a la sociedad a empezar a dudar, para uno que conduce la fuerza, es como un boxeador profesional. Se prepara, hace todo lo mejor para poder avanzar y ganar y de repente una mano inexplicable le pega y lo deja noqueado.

– ¿Fue una mano de nocaut para usted?

– Una mano que uno rápidamente se levanta de la lona. Esto amerita dos cosas. Primero, levantarse rápidamente, hacer una análisis de todas las circunstancias y esperar el dictamen de la Justicia. Pero independiente al dictamen de la Justicia, hacer una revisión de los procedimientos que llevamos a cabo en las acciones que nos toca vivir. Y bueno…tratar de sortear esta tormenta y llegar al puerto.

– La gente también está nocaut, ¿no?

– La gente está sorprendida, a pesar de que yo le digo a la gente y a los periodistas que yo de esto rescato algo muy importante. En esta gestión de han hecho los procedimientos más importantes de droga, hay un récord de drogas secuestradas en estos últimos 7 años que yo comando la fuerza y en este caso especial, ha sido la misma fuerza la que ha puesto a esta persona a disposición de la Justicia con el secuestro histórico. Es lo que rescatable. No ha sido otra fuerza que ha llevado a cabo el procedimiento, porque ahí perdería aún más la credibilidad la gente.

– Usted dice que la Policía se autodepura en ese sentido…

– Nosotros hemos demostrado durante mucho tiempo que ante situaciones que están reñidas con la ley o los reglamentos de la Policía, inmediatamente empieza a actuar Asuntos Internos. Ultimamente se da algo muy particular, que muchas veces no sale a la luz porque es de carácter interno. Por ahí nos preguntan "che, tal persona tuvo tal problema pero sigue trabajando". Lo que pasa es que le asiste el derecho de defensa, empiezan los recursos, en algunos casos recurren hasta la Justicia Civil y proceden a impugnar la resolución del jefe.

– ¿Nunca vio nada que le preocupara de este policía?

– No, realmente no. Es un hombre que tiene mucha experiencia, ha participado en hechos resonantes que se esclarecieron.

– La gente se pregunta si el caso de Agüero es una excepción o si hay más.

-La gente no tiene que perder la confianza en la Policía, sería lo último. Es una fuerza muy grande, entonces pueden haber procederes que no están adecuados. Pero tengan confianza. Ha sido histórico el procedimiento de drogas y lo hemos hecho nosotros y diariamente hay mucha gente que está ofrendado su vida.

– Es difícil mantener la confianza en la fuerza cuando pasan cosas como éstas, ¿no?

– Trabajar en la fuerza es difícil, hay pilares fundamentales. Primero, la verdadera vocación de cuidar al prójimo. Segundo, profesionalizarlos a través de los años. Tercero, la honestidad. Lo doy en ese orden pero no significa que sea el orden de importancia. Yo le digo a los jóvenes oficiales que no nos vamos a enriquecer, no nos podemos enriquecer bajo ningún punto de vista. No es una profesión que nos vaya a dar un enriquecimiento. Si eso sucede, es porque equivocamos el camino.

– A este oficial se lo detiene un miércoles y el lunes anterior se lo degrada. ¿Sabían algo ustedes?

– Con el departamento Drogas habíamos empezado en mayo un curso de lucha contra el narcotráfico, ya habíamos pensando en una renovación.

– ¿Fue una coincidencia entonces que se lo reemplazara el lunes y el miércoles cayera detenido?

– Aparte, Agüero había estado circunstancialmente de segundo jefe. En el momento del procedimiento, dentro del escalafón, él estaría en tercer o cuarto lugar. Nosotros nos enteramos en el momento que lo detienen.

– ¿Siente que la Policía está bajo sospecha en general?

– No, no. Tenemos excelentes hombres. Le puedo decir que en el país, a pesar de nuestros problemas, es una de las Policías con menos corrupción.

– ¿Se siente protegido por la ley?

– Las leyes se tienen que modificar para darle mayor poder a la Policía y también que las penas para nosotros, en caso de utilizar mal ese poder, sean de carácter grave. Es importante hacer un análisis de las excarcelaciones. Después, el mínimo y el máximo de las penas por delitos contra la propiedad y los homicidios. A usted le da un margen de 3 a 15 años, de 5 a 25, 25 a prisión perpetua. Por otro lado, por una violación le dan 5 años, a otro 8, a otro 3. Nosotros nos preguntamos qué diferencia hay. Hagamos un margen más corto, hay que aumentar el mínimo.