En su paso por San Juan, el ex mandatario ecuatoriano Rodrigo Xavier Borja Ceballos dejó en claro que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) debe ser algo más que un foro discursivo.

Al arribar a la provincia para participar del Seminario de Presupuesto Público, Borja Ceballos (ex secretario general de Unasur) mencionó que estos organismos no deben interferir en los conflictos de naciones tales como Honduras, donde Manuel Zelaya fue destituido de la presidencia.

-¿Qué le hace falta a Unasur para que sea útil a Sudamérica?

-Tiene que ser un organismo que englobe al Mercosur y a la Comunidad Andina de Naciones, porque si no se termina triplicando gastos. Además, la Unasur termina siendo un foro en el que los presidentes se limitan a exponer sus excelencias retóricas y discursivas. Hace falta terminar con esas retóricas espumosas y crear órganos que generen resultados concretos, que trabajen en obras de infraestructura que generen desarrollo económico en la región. Por esas razones renuncié a la secretaría general de Unasur.

-¿Por qué ha empezado ahora a preocupar la presencia militar de EEUU en la región si siempre han existido bases norteamericanas en latinoamérica?

-Hay preocupaciones legítimas e ilegítimas. Las legítimas son aquellas fundamentadas en el temor de que esas bases militares que usa EEUU en la región sirvan a una suerte de espionaje norteamericano. Pero lo ilegítimo es la actitud de aquellos que, por corrupción, tienen inconfesables vínculos con el narcotráfico.

-¿Quiénes?

Es difícil dar nombres. Lo que sí creo es que debe despenalizarse la producción y la comercialización de la droga. Es el único camino para terminar con el narcotráfico.

-¿Por qué hay países de la región tan preocupados en adquirir más armamentos?

-Porque han caído en una histeria incomprensible. En Sudamérica y Caribe hay 53 millones de hambrientos. Me parece un crimen que los gobiernos usen gigantescas cantidades de dinero en la compra de armamentos, en vez de gastarlos en desarrollo social.

-¿Es posible pensar en una Sudamérica y Ecuador sin pobres? ¿Cuál es la receta?

-Crear producción, empleo y mejorar la distribución. Pero hay casos, como el de Bolivia, en que los poderes económicos (que son los poderes fácticos) no se pueden eliminar con facilidad, porque defienden sus intereses con egoísmo e impiden la intervención del Estado. Si usted quiere que no operen estos poderes fácticos, entonces tiene que ir hacia la acción revolucionaria.

-¿O hacia el dialoguismo?

-Se puede dialogar. Pero esos grupos económicos son insaciables y quieren minimizar al estado, que es el único defensor de los pobres.

-Precisamente Duhalde dijo hace días que en Argentina hacía falta consenso para gobernar…

-El consenso es una ilusión, porque detrás de muchas ideas políticas hay intereses económicos irrenunciables. Es muy difícil. Algo logró España, creando el Pacto de la Moncloa. Pero no es fácil.

-¿Es posible la paz Colombia y Ecuador o va a ser un enfrentamiento tan interminable como el de israelíes y palestinos?

-Entre israelíes y palestinos hay odio recíproco. Acá no. Hemos tenido una entrañable amistad con Colombia. Terminaremos en un acuerdo de paz en no mucho tiempo.

-En cuanto al golpe en Honduras, ¿Unasur puede aportar soluciones a la democracia de ese país?

-Unasur ni nadie puede interferir en la vida de los estados. Es una tesis que yo defendí en el bloqueo contra Cuba. ¿Qué derechos tienen los estados que no comulgan con Fidel Castro a intervenir en Cuba a través de un acto tan criminal como el bloqueo económico?

-¿Qué referencias tenía sobre San Juan?

-Fui un gran admirador desde mi adolescencia de Sarmiento. Fue uno de los hombres más extraordinarios de América. Con una particularidad rara: ser un hombre de pensamiento y de acción, cosa que no es muy fácil de encontrar.

-En la actualidad, hay gobernantes que combinen pensamiento con acción?

-Lula y Fidel. Es difícil encontrar ese tipo de políticos. Ortega y Gasset decía que o se nace para emitir ideas o se nace para hacer cosas. El tipo más raro es el que puede juntar la capacidad teórica con la práctica.