"Creo que es una ocasión excelente para que el Concejo Deliberante exprese una gran responsabilidad social no por tal o cual partido sino como convicción de buscar lo mejor por la ciudadanía", pidió monseñor Alfonso Delgado a los concejales de la Capital consultado por el proyecto de ordenanza de ACTUAR que quiere limitar el funcionamiento de las salas de juego en la Ciudad.

Los concejales colombistas presentaron una iniciativa que propone que el casino y las salas de bingo en la Capital funcionen de 20 a 4 de la mañana de domingos a jueves y de 20 a 6 los viernes, sábados y vísperas de feriados. Actualmente trabajan desde las 9 hasta las 4 o las 6 según los días.

Y es porque dicen que en principio estaban pensadas para el turismo, pero en la actualidad van jubilados, gente de trabajo y hasta personas humildes que gastan lo poco que tienen, según explicó Juan Sansó, uno de los autores del proyecto.

Por eso el obispo les pidió a los concejales que piensen "por encima de algún impuestito más que se pueda sacar o de alguna otra ayuda de esas que suelen venir cuando se ponen estas casas de juego en esos horarios y de esa forma".

Delgado también criticó el lugar donde funcionan las salas de juego. "Más que una sala de juego esté a una cuadra de la Catedral me preocupa que esté en un lugar tan céntrico y también me preocupa que esté tan cerca de cualquier colegio", dijo. Y agregó que "también lamentablemente de vez en cuando llegan noticias de prostíbulos cerca de colegios y todo esto, juego, prostitución, droga en general suele tener algún parentesco, no digo casos puntuales, pero sabemos de parentescos".

Más adelante dijo que "no quisiera entrometerme en ninguna de las propuestas que están en el Concejo Deliberante, pero sí es una preocupación seria y digna de ser pensada y ojalá los concejales no lo planteen de algunos contra otros o de otros contra alguien sino con un consenso de responsabilidad social del Estado municipal acerca de esta situación".

El obispo dijo que "sin querer o queriendo, no lo sé, hemos ido convirtiendo poco a poco a Argentina en un gran casino" y analizó que "juego y política son un negocio en el que gana siempre el propietario de la sala de juego".

"He visto personas casi al borde de la desesperación y hasta del suicidio por haber perdido por una ilusión tonta lo poco que se tiene. Y esa plata la tiene en el bolsillo el dueño del negocio del juego sin más que poner las maquinitas y algunos impuestitos y arreglar para que les den el permiso", sostuvo el sacerdote.

También criticó "la falta de responsabilidad social empresaria por los horarios en que funcionan las salas de juego, por las personas a las que se las tienta y por la poca preocupación en quienes caen en esa tremenda adicción que termina haciendo mucho daño a la persona, a la familia y en definitiva a la sociedad".

En ese sentido el proyecto de ACTUAR propone crear un Centro Municipal de Lucha contra las Adicciones para tratar los casos de personas que no pueden dejar de jugar. Funcionaría con un fondo creado de la tasa de comercio sobre el juego para atender a los jugadores compulsivos.