La muerte de Néstor Kirchner, principal socio político y estratega de su esposa, la mandataria Cristina Fernández de Kirchner (CFK), dispara interrogantes sobre el futuro y el rumbo del Gobierno argentino. La presidenta ha mantenido ríspidas relaciones con sectores clave de la economía argentina como el agropecuario, los principales medios de comunicación y gran parte de la oposición.
Preguntas sobre si CFK mantendrá el tono confrontativo del Gobierno o en cambio moderará sus posiciones se repetían entre analistas y la ansiedad se extendía a agentes económicos y funcionarios. A continuación, los posibles escenarios trazados por analistas sobre los rumbos del Gobierno argentino tras la desaparición de su mayor guía político:
Clima de confrontación
Este escenario podría aislar al Gobierno de poderosos gobernadores justicialistas, así como romper cualquier puente con opositores favorables a políticas más amigables con los mercados financieros para mejorar el clima de negocios. Analistas creen que esta opción podría generar tensión, pese a una buena coyuntura económica internacional para Argentina, ya que la ausencia de Kirchner torna más débil al Gobierno de su esposa.
La presidenta quedó sin el estratega de su Gobierno. Kirchner era considerado el cerebro económico del Gobierno e inspirador de decisiones relevantes, como la traumática estatización de los fondos de pensión privados en el 2008. CFK no ha tenido, como sí tuvo su marido, un papel de interlocución y negociación con sectores empresariales, banqueros o sindicatos, tareas que delegó en Kirchner, quien controlaba el Partido Justicialista (peronista) y la CGT.
Existen dudas sobre si ella asumirá ese rol y si lograría encolumnar detrás de su figura al dividido movimiento justicialista. El rumbo confrontativo mantendría a Argentina prácticamente al margen de los flujos de inversión globales y la dejaría como opción de inversión de riesgo.
Clima de moderación
Según analistas, sería la opción con la que CFK tendría más posibilidad de ganar una reelección ya que la expansión económica está ayudando al Gobierno. Una convivencia más serena con medios de comunicación críticos y diálogo amplio con opositores en busca de consenso político para adoptar medidas de combate a la inflación, entre otras, aumentaría la popularidad de la presidenta, cuya imagen se espera crezca en el corto plazo tras la muerte de su esposo.
Pero algunos analistas se han mostrado escépticos sobre la posibilidad de que esta opción se concrete. En el velatorio de Kirchner, millares de simpatizantes pidieron la renuncia del vicepresidente Julio Cobos, devenido en opositor, a quien el Gobierno pidió que no concurra a las ceremonias fúnebres.
Ni opositores ni integrantes de la Corte Suprema de Justicia pudieron acercarse a su viuda para expresarle congoja, en otra muestra de las posiciones irreductibles que reinan en la política argentina.
Funcionarios de Gobierno han dicho que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sería la primera opción del oficialismo para disputar el poder en las elecciones marcadas para octubre del 2011. Pero analistas afirman que aún es necesario que la propia presidenta ratifique que desea obtener un nuevo mandato pese al golpe que implica la muerte de Kirchner.

