Luego de años de críticas por la circulación de presos por los pasillos de Tribunales, la Corte de Justicia puso en funcionamiento la nueva Alcaidía en la que los detenidos transitan desde el exterior hasta el subsuelo, sin ningún tipo de contacto con el público. En el máximo tribunal realizaron un estudio estadístico a 26 días hábiles de la puesta en práctica de la sede que alberga las celdas, el cual reveló que de 882 reos, 335 (el 38 por ciento) fueron notificados de alguna resolución judicial, como un procesamiento.

El informe destaca además que desde el 16 de octubre hasta el 22 de noviembre, el 35 por ciento de los detenidos fue indagado por alguno de los instructores o responsables de los juzgados correccionales y de instrucción. Esos son los dos trámites que más requieren del traslado de los presos, aunque también se llevaron a cabo audiencias de designación de abogados y entrevistas con estos, estudios realizados por psicólogos y médicos, lecturas de sentencia, testimoniales y ruedas de reconocimiento de personas. Hasta se han realizado juicios abreviados (reconocimiento de la culpabilidad a cambio de una rebaja en la pena) a cinco reos.

La nueva Alcaidía cuenta con 300 metros cuadrados de superficie, por lo que triplica el espacio anterior, el cual se limitaba a los calabozos del Poder Judicial. En cambio ahora tiene diez salas de indagatorias en el subsuelo, una de reconocimiento, una de administración, seis calabozos (cuatro para hombres y dos para mujeres), una sala para requisa, baños antivandalismo, dos baños para el personal y un Office.

Con el correr de los días, la sede fue incorporando servicios, como la atención de psicólogos forenses y personal médico. La concreción de la Alcaidía fue impulsada por el secretario Administrativo de la Corte, Javier Vera, quien contó con el respaldo del ministro Guillermo De Sanctis.


En promedio, por día se realizan 32 audiencias.