En la quinta audiencia del juicio oral y público contra el matrimonio Tejada, acusado de haberse apropiado de un bebé hijo de desaparecidos durante la dictadura militar, el propio joven dijo ayer en su declaración como testigo que su padre “cumplió una orden superior”.

La declaración de Carlos Alberto Tejada, como él prefiere que lo nombren, porque por decisión judicial le impusieron el nombre de Carlos Alberto Goya Martínez Aranda, era esperada para despejar algunas dudas en este proceso, como conocer cómo se enteró de la noticia y si cambió la relación con los padres que lo criaron. Se trata de Luis Tejada, un ex suboficial de inteligencia del Ejército, y Raquel Josefina Quinteros, sentados en este juicio en el banquillo de los acusados sospechados de haberse apropiado del muchacho cuando era un bebé.

Sobre su madre dijo que “desconocía la situación” y que ella creía que el bebé era producto de una relación extramatrimonial de su marido.

El joven contó que se enteró de que no era hijo de los Tejada cuando el día después del allanamiento a la casa en la que vivían en el Barrio Camus, en la se tomaron muestras para el ADN y así establecer quién era su verdadero padre, que fue el 22 de agosto del 2008, el ex militar reunió a toda la familia al mediodía, incluidos los otros dos hijos del matrimonio, y les contó su historia.
Dijo que su padre les dijo que fue “un acto de amor para que no fuera a parar a cualquier lado”. Y que debió inscribirlo como hijo propio “por el contexto de aquella época”.

“Fue un momento muy emotivo, con lágrimas”, dijo el muchacho y aclaró que a pesar de no ser hijo de los Tejada nunca se sintió discriminado. “Al contrario, fui el más mimado en muchas cosas”, sostuvo.

La audiencia había empezado con la comunicación de Tejada al Tribunal de que había designado a un nuevo abogado defensor junto a Humberto Conti Pico. Se trata de Eduardo San Emeterio, letrado, entre otros, de Luciano Benjamín Menéndez, y de otros acusados por delitos de lesa humanidad en San Juan, como Jorge Olivera.

En su relato, el joven sostuvo que “he tenido muy buena vida y soy plenamente feliz” y agregó que “tengo cuatro padres, dos por los que rezo para que estén en el cielo y otros dos por los que rezo por su santidad”.

Hasta el momento en que Tejada le comunicó que no era su hijo, contó que nunca sospechó nada, ni siquiera que podía ser adoptado. “‘Jamás noté diferencia en el trato o en la crianza con mis hermanos”, dijo.

Se enteró de que sus padres eran Francisco Goya y la mexicana Lourdes Martínez Aranda cuando el juez Ariel Lijo le informó sobre los resultados de un estudio de ADN y que la pareja estaba desaparecida. Pero aclaró que la noticia, más allá de encontrarse con una nueva familia, no le cambió la vida. “Sigo trabajando en el mismo lugar, tengo los mismos amigos y sigo participando en un movimiento de la Iglesia”, dijo, y después aclaró que se trata del Movimiento Círculos de Juventud.

Sobre su medio hermano Emilio Goya, sostuvo que “nunca lo puse en aprietos sobre si tenía que aceptar o no a mi familia”.
Después contó los problemas que ha tenido porque su documento original le fue retenido por la Justicia desde el 2009 y de su preferencia para que lo llamen Carlos Alberto Tejada. “Soy públicamente conocido así y es como me siento más cómodo”, expresó.

Para la audiencia de hoy se espera la declaración testimonial de Oscar Alfredo Tejada, hermano del acusado y padrino de bautismo de Carlos Alberto, para que corrobore algunos dichos del joven.
La Fiscalía también pidió que se oficie a la Dirección Nacional de Derechos Humanos, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación, para que informe sobre la situación de un testigo protegido, Antonio Eduardo Cruz, quien en su declaración dijo que había trabajado en el área de inteligencia en Mendoza con el acusado Tejada.