Las elecciones del 23 de octubre próximo permitirán renovar 24 bancas de la Cámara de Senadores y posiblemente afecte la composición del bloque oficialista, que pondrá en juego 16 de esos 24 asientos en disputa.

El radicalismo arriesga a tres de sus miembros de un bloque de 18, mientras que el interbloque del justicialismo disidente pondrá en juego a cinco de un inter bloque de 13. El oficialismo kirchnerista tiene un bloque de 31 senadores, de los cuales 16 pondrá en juego en octubre.

Por disposición constitucional, así como Diputados se renueva por mitad cada dos años, el Senado lo hace por un tercio y en cada caso comprende a ocho provincias, debido a que el mandato de los senadores se extiende a seis años, en lugar de los cuatro de la cámara baja.

Cada distrito elige a dos legisladores por el partido más votado y uno por el segundo. Los senadores que terminarán sus mandatos fueron elegidos en 2005, un año particularmente favorable al recién estrenado gobierno del presidente Néstor Kirchner, y en el que recibió un aluvión de apoyo tras dejar sentado que la Argentina ya estaba en curso de superar la crisis de 2001.

La lista oficialista de Buenos Aires estuvo encabezada por Cristina Fernández, quien dos años después renunció para competir por la Presidencia. Las provincias que definirán a sus nuevos representantes son Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.

Los senadores por San Juan que terminan su mandatos son los oficialistas César Gioja y Marina Riofrío, además del opositor Roberto Basualdo (Producción y Trabajo).

El oficialismo dominó con los representantes de Buenos Aires, Jujuy, La Rioja, San Juan y Santa Cruz, mientras que dispone de los tres senadores de Misiones, uno en San Luis y otro en Formosa. El radicalismo pone en juego a los representantes de Formosa, Jujuy y Santa Cruz, mientras que el peronismo federal lo hará con dos legisladores de San Luis, uno por Buenos Aires, uno por Formosa, uno por San Juan (Basualdo) y otro por La Rioja.

Según las estimaciones iniciales, a ocho meses de los comicios, varias de las provincias renovarían su adhesión a los partidos que hoy los gobiernan y entre los que figura Formosa, San Luis, San Juan y La Rioja y eventualmente Jujuy. Sin embargo existen interrogantes significativos en la definición de Buenos Aires y Santa Cruz.

Para las elecciones bonaerenses, aún no está definido el cuadro de alianzas de los partidos más importantes y aún se discute la forma en que se elegirán a los postulantes. Además, Buenos Aires registra como antecedentes que en 2009 perdió el oficialismo que concurrió encabezado por Néstor Kirchner, en una lista que integró su gobernador y varios ministros.

Iguales interrogantes plantea Santa Cruz, donde triunfó el radicalismo en los comicios parlamentarios del mismo año. En el oficialismo terminarán sus mandatos, aunque pueden ser reelegidos en forma indefinida, varias figuras de primer nivel de la Cámara, como el presidente provisional del Senado, José Pampuro, el represente de Santa Cruz Nicolás Fernández, muy cercano a la Presidencial y el vicepresidente del bloque, el formoseño José Mayans.

El peronismo federal arriesga a varios legisladores: El ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, la bonaerense Hilda González de Duhalde y, más cercano al oficialismo, al riojano Carlos Menem. Y, el radicalismo expone al titular del bloque, el jujeño Gerardo Morales.