No muy alto y tampoco muy delgado, con pelo negro ondulado y con brazos gruesos, típicos de alguien dedicado al rugby. Simpático, muy sociable y con muchos amigos. Así describen a Marcelo Abasto, el sanjuanino buscado por la justicia federal y con pedido de captura internacional en la investigación de la causa por la mafia de los medicamentos y el resonante triple crimen de General Rodríguez, donde hay testigos (ver foto) que dicen que el sanjuanino aportó dinero de esos negociados a la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

Abasto es el segundo sanjuanino vinculado a esa causa. La primera fue Paula Aballay, una enfermera que trabajó en el hospital Marcial Quiroga, esposa de Juan José Zanola, lider de La Bancaria, ambos presos por la comercialización de remedios truchos.

Desde hace un par de días, la prensa nacional alude a Abasto como "el sanjuanino con pedido de captura" en el caso y agregan que hay motivos para creer que estaría en Brasil desde hace un año y medio, país donde se casó con una brasileña. Y si bien no hay certeza de esto último, se sabe que no está en ninguno de los dos domicilios que tenía, uno en Capital Federal y otro en Buenos Aires.

Pero ¿quién es este hombre que algunos describieron en la causa como violento, calculador y capaz de amenazar de muerte? Rastrear su pasado en San Juan resulta complicado, si se tiene en cuenta que no se trata de un apellido muy frecuente. Sin embargo, a poco de empezar a averiguar, es posible encontrar datos de Marcelo Abasto, efectivamente nacido en San Juan y perteneciente a una tradicional familia de la zona de Desamparados. De su pasado en la provincia, se sabe que fue jugador de rugby en el Jockey Club, institución a la que su familia siempre estuvo vinculada. Tiene tres hermanos más, profesionales todos y viviendo y trabajando en la San Juan. Su familia paterna todavía vive en la casa donde él se crió, sobre el Lateral Oeste de la Circunvalación, un barrio de familias que se establecieron hace varias décadas y que por lo mismo, se conocen bastante. "Es una buena familia, gente trabajadora, siempre vivieron aquí", dicen los vecinos cuando se les interroga al respecto. Sus conocidos de juventud lo describen como alguien sociable, con muchas ganas de progresar, actitud que lo llevó a dejar San Juan cuando todavía era muy joven en busca de mejorar su situación laboral y económica.


"Mi hijo es excelente"

"Mi hijo es una persona excelente", dice apenas su madre por el portero eléctrico que usa como único canal de comunicación, ante la requisitoria periodística. Antes, el intento de conseguir algún dato con los dos únicos usuarios del mismo apellido que figuran en la guía de teléfono había sido infructuoso: en ambos casos, quienes respondieron al teléfono aseguraron no estar emparentados y ni siquiera conocer a Marcelo Abasto.

Aunque primero se negó a hablar del caso, la madre de Abasto se quiebra cuando se le menciona que los amigos de su hijo lo describen como "un buen tipo". "Hace veinte años que se fue de San Juan, no sé nada de él, no lo veo ni tengo contacto, sé que está en Brasil hace tres años; mi hijo es una persona excelente y es lo único que le voy a decir", afirma con voz temblorosa la mujer.


Viajes a San Juan

Si bien la fecha en que se radicó en Buenos Aires es poco clara, se sabe que fue hace por lo menos 15 ó 20 años. Sus conocidos perdieron contacto con él y sólo lo veían ocasionalmente, cuando viajaba a San Juan para visitar a su familia. En esos viajes, habría intentado hacer negocios logrando contratos especiales con la Obra Social Provincia o con el gobierno provincial, para proveerles medicamentos como mayorista. Personas vinculadas al ambiente señalan que ya entonces Abasto se presentaba como "empleado" de Multifarma, una droguería con presencia en todo el país, pero no como su propietario. También se sabe que nunca pudo alcanzar este tipo de contratos, por lo que su relación comercial con San Juan fue nula.

Desde el ambiente del rugby, donde más lo recuerdan, las referencias son contrastantes con el Marcelo Abasto que describen los diarios nacionales. "Fuimos compañeros de equipo, muy buena persona y buen compañero", revela Eduardo Castro, ex jugador y actual entrenador del Jockey Club. "Lo conocí porque jugaba en la misma posición que yo, de hooker, nos enfrentamos en varios partidos, pero siempre lo tuve por una buena persona. Conozco a su familia y es buena gente", asegura Ricardo Marinelli, también ex rugbier.

Abasto podría quedarse en Brasil por mucho tiempo más: si es cierto que se casó con una brasileña, no podrá ser extraditado a la Argentina, pese a que muchas fuentes lo señalan como uno de los acreedores más fuertes que tenía Sebastián Forza y contra quien tanto él como su mujer, Solange Bellone, habían presentado denuncias por amenazas. Judicialmente hasta se sospecha que fue quien dio la orden para ejecutar el triple crimen.