Buenos Aires, 25 de mayo.- La Iglesia católica insistió hoy en llamar al consenso político, condenó el aborto y el matrimonio entre homosexuales, durante los dos tedeum por el Bicentenario de Argentina, a los que asistieron por separado el Gobierno de Cristina Fernández y dirigentes de la oposición.
Fernández, miembros de su Gobierno y diplomáticos extranjeros asistieron a un tedeum en la Basílica de la Virgen de Luján, patrona de Argentina, celebrada al concluir otra ceremonia similar en la catedral de Buenos Aires, donde acudieron los opositores, entre ellos el alcalde de la ciudad, el conservador Mauricio Macri.
En Luján, a 60 kilómetros de Buenos Aires, el nuncio apostólico Adriano Bernardini leyó un mensaje en el que el papa Benedicto XVI pidió a Dios que bendiga a los argentinos ‘con la concordia, la paz y el trabajo‘.
‘Nos debemos un diálogo magnánimo y sereno, escucharnos con respeto más allá del partidismo y los intereses personales‘, advirtió el arzobispo de Luján, Agustín Radrizzani, en su homilía.
‘En este magno aniversario‘ los obispos argentinos están ‘preocupados por el deterioro del acerbo cultural‘, apuntó al advertir que ‘la legislación presente o futura deberá promover la defensa de la vida y la familia‘, en referencia a proyectos sobre el aborto y el matrimonio entre homosexuales.
Radrizzani reclamó ‘mayor fidelidad a la democracia, con valores, que busquen la verdad y se prueben en la Justicia‘, educación ‘para todos‘ y ‘saldar la deuda con los pueblos originarios‘ como único medio para ‘construir futuro en paz y prosperidad‘.
En el tedeum en la catedral de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de la ciudad, pidió a su vez perdón ‘por las veces‘ que los argentinos ‘privilegian el conflicto sobre la unidad‘.
Ante una feligresía engrosada por políticos opositores, Bergoglio también pidió perdón ‘por las veces que privilegiamos las ideas sobre la realidad histórica‘ argentina.
‘Nos unimos también con todos aquellos que están en Luján encabezados por las autoridades máximas del país, que han querido celebrar el comienzo del Bicentenario en la casa de la madre de la patria, un hermoso gesto del cual todos nos alegramos‘, afirmó.
‘Si toda la nación sufre, más duramente sufren los pobres. Este es un reclamo del cual nos podemos hacer eco porque se trata de una deuda que sigue vigente y se lee en los rostros de miles de hermanos‘, agregó.
El cardenal subrayó que ‘es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales‘ de la gente ‘y no detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, la familia y la sociedad‘.
Fuerzas de izquierda y asociaciones civiles impulsan una ley que despenalice el aborto, mientras que el Senado tiene pendiente debatir la aprobación definitiva de una reforma del Código Civil para permitir el matrimonio entre homosexuales en momentos en que ya se ha celebrado media docena de uniones.
A raíz del clima de confrontación política, el Arzobispado de Buenos Aires evitó cursar invitaciones al tedeum en la catedral de la capital argentina, al que asistieron dirigentes de la conservadora Propuesta Republicana que lidera el alcalde, y de la Unión Cívica Radical, segunda fuerza parlamentaria del país.
Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, tercera fuerza parlamentaria, y disidentes del Gobierno peronista de Fernández, desistieron de asistir a la ceremonia religiosa con el fin de no agudizar los enfrentamientos, según dijeron sus portavoces.
Al salir de la Basílica de Luján, Fernández y su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, fueron aclamados por una multitud de activistas del Frente para la Victoria, fracción del Partido Justicialista (peronista).
Los presidentes de Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela compartirán hoy con Fernández los actos centrales de los 200 años de la revolución del 25 de mayo de 1810, semilla de la independencia de Argentina.