Una nueva y durísima embestida del oficialismo contra el vicepresidente, empujó ayer al radicalismo a cerrar filas filas en favor de Julio Cobos durante el primer encuentro legislativo nacional de los radicales que, a coro, le pidieron al Gobierno que "deje de desestabilizarse a sí mismo", con una actitud de "confrontación, encierro y soberbia".
La UCR transitó ayer la segunda jornada del cónclave organizado en esta ciudad para delinear la agenda parlamentaria 2010, pero la controversia generada por la participación de Cobos la noche del jueves en la reunión fue el eje central de las discusiones.
Las repercusiones que surgieron temprano desde el Gobierno nacional, con acusaciones sobre una postura "cuasi golpista" e incluso un pedido de renuncia del vicepresidente, llegaron rápidamente a oídos de los radicales que deliberaban en San Nicolás.
"Este es un partido donde nadie da órdenes a nadie, eso le pasa a la gente del Gobierno, nosotros estamos acostumbrados a debates horizontales", fue la primera respuesta que deslizó el presidente del partido, Ernesto Sanz, al oficialismo.
Es que el ministro del Interior, Florencio Randazzo, había acusado a la UCR de "pedirle al vicepresidente que vote en contra del Gobierno del cual forma parte", en coincidencia con el resto de los funcionarios que salió en fila a rechazar al partido opositor.
El diputado Ricardo Alfonsín buscó bajar el tono a la polémica, que dejó en un segundo plano el debate legislativo previsto para un primer momento, y se limitó a mencionar que "ni ellos mismos creen" las denuncias que vertieron sobre la UCR.
"No merece la pena contestar. No agrega nada nuevo a lo que pasa en el oficialismo", fue la respuesta de Alfonsín en diálogo con la prensa, restando importancia a la actitud oficial.
Por su parte, los jefes de los bloques legislativos Oscar Aguad y Gerardo Morales buscaron capitalizar la reacción del kirchnerismo y lo consideraron como una señal de preocupación por parte del Gobierno sobre el crecimiento de la fuerza.
En ese sentido, Morales afirmó que "si ladran Sancho, es señal que cabalgamos" – parafraseando el texto de El Quijote-, que también había usado en la víspera la presidenta Cristina Fernández para criticar a la oposición, y destacó que en todo momento "Cobos ha venido actuando del lado de la racionalidad y ahora también debe poner un limite al DNU que quiere apropiarse de las reservas".
En la misma sintonía, Aguad remarcó que "está bueno que el Gobierno comente lo que hace la UCR", en relación a la recuperación que está logrando la primera fuerza de oposición en el Congreso.
Los radicales iniciaron el jueves por la tarde en el Hotel Colonial de San Nicolás un debate sobre la estrategia parlamentaria para este año y por la noche recibieron la visita de Cobos, en un gesto que apuntó a acortar las distancias que surgieron por su voto a favor de la remoción de Martín Redrado del Banco Central.
Al término de la cena que compartió con unos 60 dirigentes partidarios, Cobos retornó a Buenos Aires con sus más directos colaboradores, pero en San Nicolás quedó una de sus principales aliadas, la senadora Laura Montero, que defendió su posición y subrayó que el mendocino "va a dedicarse fundamentalmente a su rol como Bice".
El encuentro legislativo que llevó adelante la UCR dejó como principales conclusiones el rechazo al Fondo del Bicentenario, la necesidad de reformular el Presupuesto 2010 y la convocatoria, proyecto elaborado mediante, a un debate opositor para lograr la coparticipación del 100% del impuesto al cheque.