La construcción política del gobernador bonaerense Daniel Scioli es la contracara de las palabras medidas del mandatario provincial quien, según algunas voces del peronismo, "mide más para presidente que para su reelección".

Junto a su incansable paso por cada uno de los 134 municipios del territorio bonaerense, poco trasciende del trabajo de campo que realiza su esposa, Karina Rabollini, titular de la Fundación Banco Provincia. Si bien el kirchnerismo da por descartado que Cristina Fernández de Kirchner será la postulante presidencial del oficialismo, en el peronismo bonaerense nadie deja de observar los movimientos de Scioli, quien para ese espacio sigue teniendo "chances" de competir por el sillón de Rivadavia el próximo 23 de octubre.

Está claro que, por ahora, la discusión pasa por "los vices" de Cristina y de Scioli. Al respecto, el gobernador tendría decidido actuar en forma de "espejo" de lo que defina la presidenta a nivel nacional. Es decir, si Cristina elige como vice a un gobernador, Scioli elegirá a un intendente; si la mandataria hace lo propio con un colaborador cercano como Juan Manuel Abal Medina, Scioli se inclinaría, por ejemplo, por alguien como Alberto Pérez.

Claro está que ese es el planteo de arranque. Después habrá que ver hasta dónde llegan "las sugerencias" de Cristina, admiten. Mientras, fuentes que habitan la sede gubernamental de La Plata sostuvieron que Scioli actualmente "le lleva al segundo, Francisco de Narváez, unos 20 puntos" y se entusiasman con que Sergio Massa, actual intendente de Tigre, pueda ser habilitado para competir en una suerte de colectora o lista de adhesión.

"Massa hoy le resta votos a De Narváez, no a nosotros. Por eso si compite, mejor para Scioli", dicen. Sostienen que Margarita Stolbizer, según los números que manejen, "está lejos", incluso detrás de Martín Sabbatella. Pero lo que queda claro es que el mandatario bonaerense aglutina la voluntad de los intendentes peronistas. Como muestra, bastan las declaraciones en las últimas horas del jefe comunal de Hurlingham, Luis Acuña, cuya reelección en el cargo peligra.

"Quiero que este compañero, este amigo, se lleve el afecto de todos y cada uno de ustedes, porque nosotros le vamos a meter mucho más fuerte a eso que sabemos hacer que es trabajar, administrar y militar porque él va a ser el gobernador de los próximos 4 años en la Provincia de Buenos Aires". sentenció Acuña.

Sin embargo, en el "sciolismo" consideran que el mandatario no solo recibirá el apoyo de intendentes peronistas sino también "radicales". Sobretodo, si Ricardo Alfonsín cierra algún acuerdo con De Narváez.

Así las cosas, nadie en la provincia niega la alta intención de votos que tiene Scioli, pero como eventual candidato presidencial. Argumentan eso en el diálogo permanente que el mandatario mantiene no sólo con intendentes sino con el campo, con la oposición, a partir de lo cual pudo aprobar muchos proyectos en la Legislatura, y con el sector empresarial. Además, obviamente, de ser un hombre leal al kirchnerismo. En ese esquema, no es menor el trabajo que viene realizando la primera dama bonaerense, Karina Rabollini. En una dinámica similar a la de su esposo, Rabollini ya recorrió 112 de los 134 distritos de la provincia.

Por ejemplo, en los últimos días visitó Tandil y Necochea, acompañada por los ministros bonaerenses Eduardo Camaño y Alejandro Collia. Dos municipios que están en manos del radicalismo. "La solidaridad no tiene color político", se le escuchó decir en esas ocasiones.

Rabollini mantiene siempre un contacto previo con el intendente del lugar, de quien escucha sus necesidades urgentes. Luego habla con los ministros y finalmente desembarca en el municipio con los fondos para la asistencia económica o con los elementos reclamados, como material bibliográfico y deportivo, equipamiento médico y bicicletas para alumnos. Por ahora, los límites geográficos de la construcción de Scioli coinciden con la provincia de Buenos Aires.