El tramo final de la campaña electoral consolida la sospecha de que el oficialismo kirchnerista podría quedar por debajo del quórum propio en la Cámara de Senadores.
Las listas presentadas adelantan que el oficialismo no tiene forma de ganar los comicios de renovación de senadores, pero intentará amortiguar el impacto negativo de una debacle numérica.
Los datos principales a tener en cuenta son los siguientes: el Senado renovará 24 -un tercio- de sus integrantes, en ocho provincias, a razón de dos legisladores por el partido más votado y uno por el segundo. Los ocho distritos que renovaran sus representantes serán Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Catamarca, Chubut, Corrientes y La Pampa.
Del total de 24 legisladores, 12 integran el bloque kirchnerista, seis el radical; dos son justicialistas disidentes (Santa Fe); otros tantos, bussistas tucumanos; uno, socialista santafesino y otro juecista, de Córdoba.
La bancada del Frente para la Victoria reúne hoy a 40 miembros, 3 por encima del quórum propio de 37, pero a partir del 10 de diciembre el número puede caer por debajo de ese nivel, que traza la frontera mágica de un gobierno con respaldo político firme, de otro en proceso de debilitamiento.
Las primeras estimaciones confirman los crecientes problemas que afrontará el kirchnerismo en los grandes distritos, en particular en las tres provincias más importantes que este año deberán renovar su representación en la Cámara alta: Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
Los números de Córdoba anticipan que el kirchnerismo podría salir tercero o cuarto, en una lista de vencedores que podría encabezar Luis Juez, el justicialista disidente Eduardo Mondino o el radical Ramón Mestre, pero, cualquiera sea el orden, ninguno aportaría un solo senador al Frente para la Victoria, pese a que están retirando dos integrantes de la bancada kirchnerista: Roberto Urquía y Haidé Giri.
Si en Córdoba pierden dos senadores, en Santa Fe no ganarían nada, porque tanto sea que triunfe la dupla peronista que busca la reelección Carlos Reutemann-Roxana Latorre, como la socialista Rubén Giustiniani-María Migno, ninguno apartará al bloque de Miguel Pichetto.
Mendoza, el tercer distrito por volumen de votos que renueva senadores, suma más preocupaciones: la unificación de los dirigentes de matriz radical, que reúne a la UCR, el cobismo del vicepresidente y la Coalición Cívica, parece estar garantizando la reelección del titular de la bancada, Ernesto Sanz, y el pase de diputados a senadores de Laura Montero y deja al oficialismo con un senador menos, invirtiendo el orden actual de 2 a 1 que favorece al PJ del gobernador Celso Jaque.
En la ecuación de los tres primeros distritos -con la pérdida de dos cordobeses y un mendocino- el oficialismo baja de 40 legisladores a 37 y queda exactamente en el punto del quórum.
En los restantes distritos, los números todavía no anticipan una dirección determinada que permita marcar una tendencia. Por ejemplo, es previsible que en Catamarca triunfe el radicalismo, como ya lo hizo en las elecciones del 8 de marzo, y se lleve, como ahora tiene a dos senadores, pero el justicialismo, que concurre fracturado en tres, podría elegir a un oficialista -si triunfa la vicegobernadora Lucía Corpaci o Ramón Saadi-, o un opositor, si gana el titular del partido, Luis Barrionuevo.
Tucumán será la única provincia que le dé satisfacciones al gobierno, porque el oficialismo, que concurrirá encabezado por la esposa del gobernador José Alperovich, Beatriz Rojkés, con el propio mandatario en calidad de senador suplente, seguramente conquiste dos bancas, a expensas del bussismo, una fuerza en decadencia, que hoy tiene dos representantes en la Cámara alta, pero corre el riesgo de quedar sin ninguno.
En Chubut, la tendencia favorece al PJ que encabeza el gobernador Daniel Das Neves y la adscripción de los dos senadores que consiga quedará subordinada a su decisión política. Hasta el momento, los oficialistas chubutenses suman al kirchnerismo, pero no podría suceder eso en el futuro. El tercer senador, seguramente provendrá de la UCR.
Otras dos provincias tienen resultados todavía en suspenso. La Pampa podría retener el 2 a 1 que siempre favoreció al justicialismo, mientras Corrientes, un distrito con sus propias reglas de juego, podría reducir a un senador la actual representación de dos que tiene el kirchnerismo y consagrar a dos radicales, en vez de la actual presencia de María Dora Sánchez.
Con esta evaluación queda claro que la perspectiva del oficialismo es siempre negativa sobre los valores actuales, aunque los movimientos electorales podrían hacer fluctuar el resultado entre lo grave y lo reparable.
