Sentado en su sitial, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, agradeció este miércoles la confianza brindada una vez más por sus pares, y la presencia de funcionarios nacionales y gobernadores. “Me honra la elección de mis pares para ejercer por un nuevo período”, señaló, considerándolo “un orgullo, y a la vez una enorme responsabilidad”, y expresó su compromiso irrenunciable con “los valores del diálogo, el pluralismo y el respeto a todas las fuerzas políticas representadas en este recinto heterogéneo y federal”.

Asimismo se hizo eco del principal reclamo que los diputados opositores expresaron al aprobar su nominación: la falta de sesiones ordinarias. Así, al hablar de los desafíos que tenía por delante, fue concreto: “Soy consciente de que debemos aumentar el número de sesiones ordinarias, me hago eco de las palabras que expresaron aquí los diputados”.

En su discurso, Monzó se manifestó obligado a rendir cuentas ante sus pares y la ciudadanía. En ese sentido, destacó que se sancionaron desde el 10 de diciembre hasta la fecha 163 leyes en el marco de 45 sesiones, como así también hubo más de 2000 reuniones de comisiones. Pero más allá de las estadísticas, resaltó que “hemos dado en circunstancias complejas y desafiantes del país ejemplos de convivencia política y de capacidad de diálogo y negociación”.

“Así logramos en un recinto sin mayorías absolutas enhebrar consensos fundamentales para actualizar, transformar y mejorar la arquitectura legislativa de la Nación. Sancionamos leyes que permitieron reinsertar la Argentina en el mundo; saldar deudas históricas con los jubilados; reforzar la política de derechos humanos, brindar protección a las víctimas; mejorar las coberturas de salud; hacer más equitativo el sistema tributario, y avanzar en temas sensibles del andamiaje institucional”, destacó, pero aclaró entonces que “no ha sido solo mérito del sector político al que represento”, e invitó a todos a “seguir ese camino y a cultivar la vocación de entendimiento y el espíritu constructivo”.

Habló del “desafío de consolidar una nueva cultura en la que el diálogo sustituya al agravio”. Aseguró tener la certeza de que “no somos los dueños de la verdad, seguiremos siempre abiertos a las propuestas de todas las bancadas”.

En esas circunstancias habló de los desafíos y asignaturas pendientes. “Soy consciente de que debemos aumentar el número de sesiones ordinarias. Repito: soy consciente de que debemos aumentar el número de sesiones ordinarias, me hago eco de las palabras que han expresado recientemente los diputados”, dejó claro.

Tras ello, llamó a unificar criterios “para evitar la distorsión de una figura como la de la cuestión de privilegio, de la que se ha abusado hasta desnaturalizarla por completo y convertirla en una traba para la tarea legislativa”, dijo, despertando un sonoro aplauso de los legisladores. En ese marco, si bien ratificó su “absoluta adhesión a un criterio de amplitud y flexibilidad para que todos los sectores puedan expresar posiciones y opiniones”, pidió aceitar el funcionamiento para el normal funcionamiento del recinto.

Tras aclarar en qué consisten específicamente las cuestiones de privilegio, aseguró que “hubo sesiones en las que se presentaron hasta 45 mociones de este tipo. En la mayoría de estos casos se fuerza esta figura para imponer un debate apartado de los carriles reglamentarios del plan de labor legislativa”.

A continuación, valoró el “enorme esfuerzo de la gestión administrativa” y expresó su reconocimiento a la secretaria del área, Florencia Romano, que se ganó un aplauso de los presentes. “Estamos convencidos de que la honestidad y la transparencia deben ser pilares de una administración sana y responsable”, señaló, destacando que “hemos logrado ahorros y ordenamientos significativos”.

Destacó que durante su administración se le puso final al “viejo sistema del aerocheque”, y aseguró que con la digitalización se ha logrado acceder a tarifas más económicas que permitieron un ahorro del 40% en tickets aéreos y terrestres, que asciende a unos 60 millones de pesos al año.

Eso forma parte, dijo, de una batería de resoluciones administrativas que permitió un ahorro global de 400 millones de pesos interanuales, “sin descuidar la facilitación del trabajo de cada legislador”. Enfatizó entonces que “no han sido recortes arbitrarios, sino ordenamientos en beneficio de todos y fundamentalmente de esta institución esencial de la república”. Medidas que, destacó, “han permitido que por primera vez en muchos años esta Cámara pueda pagar sueldos y aguinaldos este mes sin pedir refuerzo presupuestario. Es la primera vez”.

Señaló además que los ahorros logrados en los ejercicios 2016/2017 explican que el presupuesto de la Cámara de Diputados proyectado para 2018 sea en términos comparativos el que contempla un aumento menor: 13,6%, por debajo de la inflación prevista.