Días después de la preocupación que manifestara el Papa por la pobreza argentina, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó ayer al mediodía el "Plan de Ingreso Social con Trabajo", que prevé la creación de 100.000 nuevos empleos a través de cooperativas sociales, con una inversión pública inicial de 1.500 millones de pesos.
La primera etapa estará destinada a brindar trabajo a personas desocupadas que habitan conglomerados poblacionales con mayor vulnerabilidad social del conurbano bonaerense, que realizarán obras de infraestructura básica y cobrarán su sueldo a través de tarjetas bancarias personales.
Según supo la agencia de noticias DyN, el "salario" que percibirían los desocupados que a partir del programa realicen distintas contraprestaciones sería "entre 1300 y 1500 pesos".
"El trabajo es el mejor antídoto contra la pobreza", sentenció la jefa de Estado, al anunciar por cadena nacional de radio y televisión el ambicioso programa para la creación de empleo durante una ceremonia que se realizó en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada.
El plan estará auditado por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y contará con intervención de los ministerios de Desarrollo Social, Salud y Educación.
Fernández de Kirchner destacó que los beneficiarios serán "monotributistas que tendrán su tarjeta personal bancaria para evitar ser rehenes de cualquier naturaleza".
Las labores estarán enfocadas a obras de pequeña y mediana envergadura como tendidos de redes de agua potable y cloacas, construcción de veredas, accesos para desocupados, desagües pluviales, iluminación, mejoras y mantenimiento de plazas, ampliación de escuelas, comedores escolares, centros de salud y viviendas, entre otras.
Cada cooperativa estará integrada por entre 50 y 70 miembros que deberá inscribirse en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y podrán firmar convenios con los entes ejecutores de las obras.
Los ingresos que percibirán estos nuevos trabajadores cooperativos "serán por productividad en función de la obra", aclaró escuetamente la ministra de Desarrollo Social.
También la jefa de Estado sostuvo que "a fin de año, estas cooperativas deberán demostrar productividad y distribuir ganancias". Durante su exposición, la primera mandataria defendió las políticas de combate contra la pobreza puesta en práctica desde 2003, cuando asumió su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, y remarcó que anualmente se destinan 10.200 millones de pesos para asistencia social.
La jefa de Estado afirmó que "la preocupación por la pobreza no puede ser espasmódica" y llamó a la sociedad a debatir la forma de "achicar la inequidad social", porque advirtió que ésa es "la verdadera raíz y fábrica de pobres".
A propósito, el jueves de la semana anterior, el Papa Benedicto XVI dijo en un comunicado que la pobreza argentina es un "escándalo".