Un sector del kirchnerismo quiere impulsar una "reforma constitucional para que se permita la reelección indefinida" de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, según confirmó ayer la diputada ultra-K Diana Conti. "Se analiza una posible reforma constitucional para que se permita la reelección indefinida", dijo Conti en declaraciones a radio Dos de Rosario.

Al respecto, la legisladora indicó que "los sectores ultra-K a los que pertenezco avizoramos el deseo de una reforma constitucional porque quisiéramos una Cristina eterna", pero admitió que "es necesario contar con consenso del arco político para avanzar en ese tema, incluso algunas cuestiones de la Constitución pueden ser reformadas".

Sin embargo, fuentes parlamentarias del kirchnerismo descartaron que exista algún proyecto en ese sentido y remarcaron lo "inoportuno" de las declaraciones de la legisladora, al tiempo que recordaron que, para ello, el oficialismo precisa el voto de los dos tercios de ambas Cámaras Legislativas para poder impulsar una reforma (cosa que en la actualidad el kirchnerismo no posee).

Incluso, el presidente provisional del Senado, José Pampuro, señaló que "escuché alguna versión, pero no hay nada serio. Lo que importa es terminar bien estos cuatro años", y sostuvo que la idea "a mi juicio es que es un tanto apresurado empezar a hablar de estos temas. Pensar en eso me parece que no corresponde".

El artículo 30 de la Constitución Nacional dice que la Carta Magna "puede reformarse en el todo o en cualquier de sus partes", pero establece que "la necesidad de reforma debe ser declarada por el Congreso con el voto de dos terceras partes, al menos, de sus miembros" y que la reforma sólo se efectuará "por una Convención convocada para el efecto".

Los dichos de Conti despertaron la reacción de buena parte de la oposición, como la del candidato a presidente por el Movimiento Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas, quien expresó su rechazo la "creación de dinastías hereditarias" y dijo: "Si en algo se ha caracterizado el kirchnerismo es haber llegado a lo inimaginable en cuanto a la manipulación de las leyes políticas electorales", y recordó las "famosas listas testimoniales", utilizadas durante los comicios de 2009.

"Si en algo se justificaría la reforma constitucional, sería para poner límites" a la "manipulación" del oficialismo, completó Solanas. El jefe del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales, dijo, en declaraciones a la agencia de noticias DyN, que "reducir el debate de la reforma de la Constitución a la perpetuidad en el poder es de muy bajo nivel. En todo caso, desnuda la adicción al poder de los kirchneristas".

Su par socialista Rubén Giustiniani replicó que "a nivel nacional no es una cuestión prioritaria" una eventual reforma; mientras el ex cívico Samuel Cabanchik expresó su "acuerdo con una reforma política que contemple varios aspectos de la Constitución", aunque aclaró que "requiere un muy serio debate y un contexto político adecuado, que no es el actual, en el que el oficialismo se niega a debatir la boleta única para las elecciones".

Por su parte, el precandidato presidencial de la UCR Ernesto Sanz dijo estar "en contra de una mirada de tan corto vuelo como representa una re-reelección o una elección indefinida" y sostuvo que la Constitución "se reformó para cuestiones mucho más profundas, tales como modificar esquemas políticos y sistemas institucionales de representación".

El candidato a vicepresidente por la Coalición Cívica, Adrián Pérez, respondió: "No nos vamos a sumar esta discusión".