La oposición al gobierno nacional apuesta a que un triunfo del binnerista Antonio Bonfatti en Santa Fe y la casi segura victoria de Mauricio Macri en la Capital Federal, le termine de dar un impulso que hasta hace un mes atrás no tenía, ante la arrolladora performance de los candidatos K en otras provincias.

Esta expectativa está claro que denota la debilidad de los candidatos presidenciales opositores de construir una alternativa seria a la hora de discutirle el poder a Cristina Fernández de Kirchner. Pero también refleja la volatilidad del apoyo de la ciudadanía, que no está atado a la voluntad de la Casa Rosada ni mucho menos.

Es cierto que la ‘libertad de compromiso‘ con la que muchos votantes sufragan en sus respectivos distritos no es la misma, sobre todo en la clase media, a la hora de elegir al próximo gobierno nacional. Y es ahí donde muchos creen ver la fortaleza de la mandataria.

Sin embargo, no es menos cierto que su frente interno está herido a partir de la marginación del armado de las listas de otros sectores del Frente para la Victoria, con poder y arraigo en la estructura peronista, como los son el sindicalismo y el Partido Justicialista. La designación de Amado Boudou como vice, colaboró en ese clima.

La provincia de Santa Fe es un hervidero político, a cuatro días de los comicios provinciales, luego de que uno de sus principales actores, como Carlos Reutemann, saliera a despegarse de un posible tercer puesto del postulante kirchnerista Agustín Rossi. Es verdad que los votos se cuentan el domingo, pero los sondeos, en los que se basó el Lole para salir a hablar -escueta pero oportunamente, como es su costumbre-, ubican en segundo lugar a Miguel del Sel, detrás de Bonfatti.

Reutemann salió a despegarse de Rossi, del gobierno nacional y, de paso, envió un claro mensaje a sus aliados del campo: ‘Nunca fui kirchnerista‘. Por eso, no sorprendió el enojo de Rossi ya que el ex corredor había acordado apoyar a quien venciera en la interna del PJ santafesino, tal como ocurrió a favor del jefe del bloque de diputados kirchneristas.

Y no cumplió. ‘Lole hizo su juego y volvió a traicionar al PJ, como lo hizo con la 125. Nunca debimos haber confiado en él‘, confesó un operador k. Pero a la suerte de los comicios santafesinos, le seguirá el balotaje en la Ciudad de Buenos Aires.

El PRO (macrismo) sostiene en privado y en encuentros de los que participa el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, que Macri cuenta con una intención de voto para la segunda vuelta del 66 por ciento contra el 34 de Daniel Filmus, pero con un detalle. Se ufanan de que en la proyección, el actual Jefe de gobierno porteño supera los 70 puntos.

Por lo pronto, el debate ansiado por Filmus para revertir en parte el escenario, no se va a realizar. ¿El motivo? Si bien Macri fue el primero en admitir que quería debatir, en su entorno consideraron que tiene mas por perder que por ganar, y hasta el momento lo convencieron de no hacerlo. Incluso, en el PRO justifican las pocas actividades que tiene Macri en este periodo pre-balotaje, en que debe ser una campaña ‘riesgo cero‘.

Como suele decirse en política, ‘piloto automático‘. En cambio, Filmus multiplica su agenda, pero sigue sin contar con el homogéneo apoyo de los suyos. A modo de ejemplo, los intelectuales de Carta Abierta criticaron vivamente su perfil y el de la campaña.