Por estos días el Centro Científico Tecnológico (CCT) de Mendoza es sede de la reunión final del Programa Hidrológico Internacional de la Unesco, encuentro de gran relevancia en el que se discute el impacto del retroceso glaciar en los Andes. Como allí se presentarán los avances del Inventario Nacional de Glaciares, inevitablemente se verá atravesado por el cuestionamiento judicial que pesa sobre uno de los autores del relevamiento.

A principios de este mes el juez federal Sebastián Casanello citó a declaración indagatoria -entre otros- a Ricardo Villalba, ex titular del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) encargado del inventario. Se le cuestiona principalmente haber dejado afuera a los glaciares con tamaños inferiores a una hectárea para, de alguna manera, favorecer a Barrick.

Villalba, un reconocido científico mendocino, calificó de absurda esta acusación y explicó que hay elementos técnicos que respaldan la decisión de inventariar los glaciares a partir de una hectárea.

“Como es un trabajo científico-técnico uno tiene que buscar un tamaño determinado para comenzar a medir y el elegido no es un tamaño caprichoso que decidió el Ianigla, sino que responde a una convención internacional que se fija en todos los inventarios a escala global y tiene razones técnicas”, expuso. 

Una de ellas tiene que ver con las imágenes satelitales que se utilizaron, conseguidas a través del instituto de forma gratuita gracias a un “esfuerzo institucional”, tal como remarcó el investigador. Villalba detalló que de acuerdo con la resolución de las mismas cada píxel representa 15 metros.

“Para tener una hectárea necesito 6 ó 7 de esos píxeles y con eso se pueden detectar, pero se hace imposible identificar un cuerpo”, remarcó.

Por otra parte afirmó que los glaciares menores a una hectárea son muy extraños y que en la mayoría de las cuencas no se encuentran. “El inventario contiene un 99,9% de todo el hielo presente en una cuenca, no veo por qué se busca ese problema de la hectárea”, aseguró a la vez que agregó que la contribución de los pequeños glaciares al recurso hídrico es mínimo.

El ex titular de Ianigla habló en tercer lugar de una limitación de costo y tiempo para identificar los cuerpos menores al mencionado. “Hay que ver cuánto recurso hace falta. Contamos con 7 personas para el inventario y todavía 4 son contratadas”, se lamentó. Lo fundamental, para él, es revisar el objetivo primordial de la ley de glaciares que es proteger los recursos hídricos estratégicos en estado sólido.

“Sabemos que protegiendo los glaciares vamos a tener agua cuando no tengamos nieve y esto se logra con el inventario, el mejor que podemos tener”, destacó Villalba. Asimismo informó que el relevamiento cuenta con reconocimiento internacional, ya que las 8 primeras campañas fueron evaluadas por distintas instituciones del mundo. “Que venga Unesco a nuestra provincia y que este evento se haga en nuestra sede está respaldando todo el trabajo que viene haciendo la institución”, subrayó.

El investigador reconoció sentirse “descorazonado” y “desesperanzado” porque él con sus colegas fueron los que bregaron porque se aprobara la ley de glaciares en 2010 y se comenzara el inventario.

“Lo digo con orgullo, no hay otra institución en Argentina que haya hecho tanto por la protección y el conocimiento de glaciares como Ianigla”, manifestó.

El próximo 21 de setiembre Villalba deberá viajar a Buenos Aires y declarar ante el juez Casanello, pero previamente debe concurrir a la capital para conocer los detalles del expediente. “Eso hace que en lugar de poner nuestro esfuerzo en proteger, tenemos que pensar en responder al juez”, dijo.

Lucas Ruiz, investigador del Ianigla, remarcó que esta denuncia tiene un efecto muy negativo. “El riesgo enorme es que un juez pueda dictaminar que el inventario no está bien hecho y que se tenga que volver a foja cero cuando estamos a punto de terminarlo”, expuso. Él defendió la herramienta y reconoció que, como todo trabajo científico, es perfectible.

“Pero no está mal hecho porque cumple con los estándares internacionales”, aseguró. Y acotó: “decir que se tomó esa metodología para defender a una empresa minera “es una tomada de pelo. El inventario en la zona de Pascua Lama y Veladero está terminado y dice que hay 35 glaciares de más de una hectárea. Si hay que aplicar la ley empecemos con estos 35”, sugirió Ruiz. Precisó que estos 35 cuerpos están ubicados en las vecindades del proyecto, por lo que sería necesario corroborar si hay una afectación. “No es necesario que el proyecto esté cortando el glaciar para afectarlo. Si genera una actividad que lo cubre de polvo lo afecta más que sacándole un pedazo”. 

Fuente: Los Andes