El 11 de octubre del 2013 fue una fecha trágica que los sanjuaninos no olvidarán. Dos sucesos se dieron en simultáneo. Ninguno de los dos fue voluntario y consciente. En Valle Fértil se desplomó el helicóptero del entonces gobernador José Luis Gioja y, al mismo tiempo, sin quererlo ni mucho menos buscarlo, el vicegobernador Sergio Uñac, se convertía en el responsable del poder ejecutivo provincial.

Un maduro Uñac, de cuna política y gran experiencia por sus dos mandatos al frente de la intendencia de Pocito, tenía en sus manos los destinos de San Juan. Puso el hombro y se hizo cargo del ejecutivo con habilidad y lealtad en medio de un revuelto gabinete y con el freno de Pascua Lama. Entre la tragedia y la oportunidad, Sergio Uñac comenzó un largo rumbo que luego lo llevaría a ser gobernador y a posicionarse como un dirigente peronista de renombre a nivel nacional.

Uñac es justicialista desde que nació, su padre fue el histórico dirigente pocitano, Joaquín “Coco” Uñac. Participó un tiempo en la Juventud Peronista de Córdoba, provincia en la que se recibió de abogado. Volvió a San Juan en 1994, justo para la campaña de su padre por la intendencia. Así comenzó a foguearse en el mundo estrictamente político.

Su momento más duro, como él lo define, fue cuando falleció Joaquín. En ese entonces, Sergio se desempeñaba como asesor letrado del municipio y, según relatan fuentes cercanas, a los pocos minutos de la muerte de su padre y mentor político, reunió a los funcionarios departamentales y expresó que la línea a seguir era la de la renuncia para dejar libre de manos a quién le tocara gobernar el municipio. Algo clave para mantener la institucionalidad.

Casado con Silvana Rodríguez y con tres hijos, en 2015 decidió competir por la gobernación provincial. La victoria de su fórmula, en conjunto con Marcelo Lima, fue apabullante. En las generales, su nombre logró recolectar más del 54% de los votos y hacerse con el Sillón de Sarmiento.

Con ese contundente espaldarazo del pueblo sanjuanino, Sergio Uñac buscó diferenciarse respetuosamente de su antecesor y darle su impronta a la gestión. Le tocó bailar con la más fea, como él mismo comenta en los encuentros del PJ, pues en 2015 y tras un adrenalínico balotaje, ganó una fuerza opositora al peronismo, Cambiemos. Mauricio Macri era electo el nuevo presidente de los argentinos.

Sin embargo, fiel a la institucionalidad y con vistas a mejorar la calidad de vida de San Juan, es un dirigente con relaciones positivas con el gobierno nacional. En sus casi 4 años de mandato, Uñac ha mantenido conversaciones fluidas con oficialistas y opositores. Tanto así, que es uno de los dirigentes peronistas que sonaron más de una vez como candidato a presidente en representación de la unidad justicialista y, si bien recibe constantemente a fuertes políticos de su espacio en la provincia, en múltiples oportunidades expresó que su pensamiento está en ser reelecto como gobernador de San Juan.