“Dios por favor, te pido ayuda”, fue la súplica de Daniel Tomas, el primero de los heridos que habló del fatal accidente que le costó la vida a la diputada nacional Margarita Ferrá de Bartol, segundos antes de que el helicóptero terminara cayendo a tierra. Desde su cama en la habitación número 1, en el primer piso de la Clínica El Castaño, el legislador nacional dialogó en exclusiva con DIARIO DE CUYO y relató lo que recuerda de aquel dramático momento, desde que la aeronave empezó a tomar altura en medio de una gran nube de polvo, el ruido de dos golpes muy fuertes, la caída aferrado a un caño que incluso le dejó los dedos negros por la fuerte presión que realizó y el impacto de ver a su compañera de bancada y al gobernador José Luis Gioja tirados, sin saber si estaban vivos o muertos.

De muy buen ánimo y recuperándose de los fuertes golpes que sufrió, Tomas dijo que le cuesta creer todavía lo que le tocó vivir y que su preocupación es volver a su casa para seguir recuperándose. “Arrancó el helicóptero en medio de un gran remolino de tierra, empezó a elevarse, se escucharon dos golpes muy fuertes y después recuerdo al Flaco (por Gioja) con un gesto arrugando el ceño y vino la caída”, comenzó recordando el diputado nacional y candidato al mismo cargo. Tiene presente que se tomó con fuerza a un caño y que incluso el moretón en los dedos le duró casi una semana producto de la desesperada fuerza que ejerció.

Héctor Pérez, el estrecho colaborador del mandatario, iba adelante de la aeronave con el piloto Aníbal Touris, detrás suyo, dándole la espalda, iba Margarita, y a su lado se ubicaba el Gobernador. Tomas estaba de frente a la diputada, mientras que frente a Gioja no había nadie “porque como es más largo, siempre le dejamos espacio para que pueda estirar las piernas”.

En esos pocos segundos hasta golpear la tierra, fue que atinó a suplicar por la ayuda de Dios. “Estaba como resignado, no sentía pánico mientras caíamos”, contó. También aclaró que todos iban con sus cinturones puestos, porque para ponerse los auriculares y poder comunicarse entre ellos era necesario que los elementos de seguridad estuvieran en posición.

Cuando quiso acordar, contó que Gioja se le perdió de vista y que sólo advirtió que Margarita estaba casi a sus pies. “Estoy vivo”, dijo que pensó, y que en ese momento no sentía ningún dolor, a pesar de que terminó con 3 costillas fracturadas y con fuertes golpes en un pulmón, el hígado y un riñón.

En su relato se mantuvo sereno, pero habló sin hacer pausas y no dejó de moverse en su cama. Sentado cerca, su hijo Luis Alejandro, que es estudiante de Ciencias de la Comunicación, lo escuchó atentamente y por ahí le aportó algún dato. De entrada había aclarado que no quería fotos, mientras mostraba un gran moretón en el costado derecho a la altura de la cintura.

Dijo que “intenté levantarme, pero tenía mi pierna izquierda atrapada entre los fierros”, y que al primero que vio trepado a la aeronave, desesperado, fue a Andrés Chanampa, el bloquista que ocupa el tercer lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales que él encabeza. Después lo ayudaron a salir entre 3 ó 4 personas que lo tomaron de sus brazos.

“Entonces al primero que ví, tirado en el suelo, como a cinco metros, fue a José Luis”. Herido y sin saber si su amigo estaba vivo, un conocido que tiene en una emisora radial del Valle, Daniel Perea, lo cargó en la parte de atrás de una camioneta y lo llevaron hasta el hospital. “A mí me iban a mandar en un helicóptero junto al Gobernador, pero después me dijeron que Héctor estaba más delicado y les dije que los llevaran a ellos”, contó.

Una vez camino a la Ciudad de San Juan, primero en una ambulancia del hospital de Valle Fértil y después del Sifeme, vino otro susto. “Empecé a vomitar sangre y temí que tuviera heridas internas más serias de las que me habían dicho”, se acordó.

Ahora dijo que vienen al menos 40 días para que pueda empezar a apoyar el pie izquierdo y unos 30 días de rehabilitación por los otros golpes, aunque espera poder irse pronto a su casa.

Su otra gran expectativa es ir a votar el domingo que viene. “No me lo quiero perder por nada del mundo”, sostuvo, al tiempo que pidió que se les haga llegar su agradecimiento a quienes lo auxiliaron en el suelo vallisto, al personal del hospital de San Agustín, a la gente del Rawson y de El Castaño y a los sanjuaninos por el interés mostrado estos días.