El peronismo sanjuanino ya no tiene herederos. La premisa se sostiene sola. El único tres veces gobernador de manera consecutiva, José Luis Gioja, creó el capital político desde el 2003 al 2015 bajo el amparo de un Gobierno nacional afín con el que motorizó la obra pública y sumó la minería. Heredó la cosecha de votos y confianza a Sergio Uñac. El pocitano ganó y logró reelegirse en el 2019. Pero no tuvo suerte con la sucesión. Colocó a su hermano, Rubén Uñac, como candidato a la Gobernación luego del intento para postularse a un tercer mandato, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación interpretó como un cuarto. Perdió. Obtuvo el peor resultado de un oficialismo provincial desde el retorno de la democracia: un 16,7% de los votos. El propio Gioja ganó la interna de los lemas justicialistas. Sacó el 27,21% de los votos. Ni siquiera entre los dos pudieron derrotar al candidato del cambio, Marcelo Orrego, que tuvo el respaldo del 49,8% de los votos. El santaluceño terminó con 20 años de peronismo en la Casa de Gobierno. Y ahora, en la oposición, el Partido Justicialista busca rearmarse a fuerza de internas constantes.
Quizá rememorar de forma reiterada los números del 2023 sea uno de los actos que más disgusta al justicialismo local. Las elecciones nacionales legislativas del 26 de octubre permitió que hubiese un nuevo discurso cimentado en el relativo triunfo del frente Fuerza San Juan. Relativo por dos cuestiones: perdió una de las bancas que puso en juego en la Cámara de Diputados de la Nación y perdió un buen porcentaje de votos respecto a los comicios intermedios del pasado. En el 2017, Uñac postuló a Rubén y sacó el 54%. En el 2021, con Walberto Allende, el 43%. Los votos ya no se heredan y eso explica que los números vayan en picada hasta llegar al 33% de este 2025 con el exintendente de San Martín, Cristian Andino, a la cabeza, y la bendición de Uñac. Sin embargo, pese a la merma de votos -que algunos interpretan como un piso para crecer y otros como un techo- ganaron los comicios o al menos salieron en el primer puesto contra el orreguismo, que llevó al vicegobernador Fabián Martín como candidato. Quedan las especulaciones en torno a la construcción de un nuevo liderazgo dentro del Partido Justicialista. En otras palabras, otra interna.
El PJ sanjuanino tiene experiencia en las internas. Ni bien perdió el control de la Casa de Gobierno hubo acusaciones cruzadas entre los dos accionistas mayoritarios del peronismo: Gioja y Uñac. Hay una anécdota no tan conocida sobre la misma noche de las elecciones del 2 de julio. Un llamado de Gioja a Rubén -candidato- para pedirle una cosa: “No te entregues todavía, hermano”. Y la respuesta del exsenador que atinó sólo a pasarle el teléfono a Uñac, quien admitió la derrota públicamente a las pocas horas de carga del escrutinio provisorio. Gioja creía que los votos estaban y sólo faltaban contarlos. Uñac, con acceso a información privilegiada, por ser el gobernador, definió no esperar para comunicar los resultados. Ahí nació la idea del sector de Gioja sobre que Uñac “entregó” la conducción provincial y que también “jugó para atrás”. Es una pequeña muestra sobre el nivel de crispación del peronismo que no cesó ni siquiera en el 2024, cuando los dos operadores a cargo, el exintendente de Rawson, Mauricio Ibarra, y el exdiputado provincial, Leonardo Gioja, tejieron una lista única de autoridades para la estructura partidaria. Pero la paz no duró. La confección de la lista de candidatos a diputados nacional generó una nueva fricción. Gioja pegó el portazo y no puso un representante en la lista. El exgobernador quería ser el primero en la lista, pero Uñac impugnó ese posicionamiento.
El resto de la historia reciente es conocida. Hay que hablar del presente.
El germen de la competencia por el 2027 está en la misma lista del peronismo tanto de forma expresa cómo tácita. Los que jugaron: Andino, la intendenta de Caucete, Romina Rosas, y el exintendente de Chimbas, Fabián Gramajo. Y el que no jugó: Gioja. Ahora hay un virtual disparo para la carrera por el liderazgo del justicialismo. Todos ponen fichas. Incluso el senador nacional Uñac podría volver tras el coqueteo con figuras nacionales y la conformación de una agrupación que nació con el OK de Cristina, la bendición de La Cámpora, pero que quiere ser otra cosa. El exgobernador dio una entrevista al portal Infobae, pactada a través de su colaborador más cercano y exsecretario de Comunicación, Emiliano Chafino. Dijo, aunque elípticamente, que se embarcará en un proyecto presidencial. Ya lo hizo con Roberto Lavagna antes y no salió. De no tener una percepción de posicionamiento nacional nítido, no descartó un retorno a San Juan. Pero en la provincia ya están los jugadores y regresar significaría ponerle un freno a los suyos primero.

Cada candidato en la lista de Fuerza San Juan hizo una apuesta al futuro. ¿Quién duda que los sacerdotes quieran ser Papa? Es fácil. Andino delineó la estrategia desde que acompañó a Rubén Uñac como postulante a la Vicegobernación. Tras la derrota, generó un compromiso con Uñac para ser el primero en la nómina de diputados nacionales. ¿El paso siguiente a la asunción en el Congreso es probarse el traje para el 2027? La respuesta sólo puede proporcionarla el sanmartiniano o una lectura más o menos inteligente de la situación. Por ahora, Andino cumplió con el primer paso al salir primero en los comicios de octubre. Rosas también tiene aspiraciones. Está muy atrás del lote de dirigentes con poder de fuego para las próximas elecciones. Ganó por apenas 64 votos en Caucete. Una victoria ajustada con el orreguismo respirandole cerquita. Pero Gramajo es otro cantar.
El dos veces intendente de Chimbas no esperó a que los periodistas o consultores hicieran análisis respecto a las elecciones. La misma noche del 26 de octubre exhibió sus números como un mensaje al resto de las tribus peronistas. En su departamento, Gramajo duplicó en votos al frente oficialista, con una diferencia de 20 puntos. El San Te Quiero, una línea interna del PJ, alcanzó alrededor de 23.100 votos, frente a los 12.100 votos de La Libertad Avanza y los 11.900 votos del orreguismo. El resultado, de acuerdo a la interpretación de los operadores del entorno del chimbero, consolidó al exintendente como una de las figuras con mayor peso territorial dentro del justicialismo. Además, Gramajo avisó que irá al 2027 con un socio: el intendente de Rawson, Carlos Munisaga. El rawsino tiene ganas de liderar, pero no tiene ansiedad por los próximos comicios. Hubo foto y todo. Los dirigentes de los bastiones peronistas juegan en tándem y podrían sentarse a la mesa de los accionistas mayoritarios. No obstante, la estrategia de Gramajo tiene detractores.
Hay una interpretación que sobrevuela a los operadores del PJ. Gramajo ganó bien en su distrito. Incluso con una contundencia mayor a la del 2023. Pero aún así no tuvo el resultado esperado porque Andino ganó. ¿Cómo? Claro, el exintendente de San Martín quedó primero y generó un doble impacto porque no sólo él salió bien parado, sino también Uñac, que apadrinó la candidatura. El chimbero dijo que el segundo era el primer perdedor a la espera de una eventual derrota del uñaquismo. No sucedió. Para un sector del peronismo, la estrategia fue buena, pero quedó trunca. Al chimbero le quedaron los votos. Ni más, ni menos. Desde el entorno de Gramajo calificaron la lectura como “errada” y “de parte de los mismos que se equivocan siempre”.

Uñac, Andino, Rosas, Gramajo. Queda Gioja. El tres veces gobernador es una voz de referencia del justicialismo. “Aportó la unidad”, dijeron los voceros del giojismo en relación al apoyo a la lista de Fuerza San Juan. “Es mi lista y me tiene que gustar”, confesó Gioja en Data Fina, el programa de análisis político de Radio Colón. Caminó y encabezó actos. Principalmente en Rivadavia. ¿Por qué? Apuntaló a Andino, es cierto, pero también aprovechó para reinstalar a una figura emergente que proviene de su riñón, el excandidato a intendente Facundo Perrone. El abogado es el presidente de la Junta Departamental y un dirigente que tuvo un buen resultado en el 2023 incluso contra los candidatos uñaquistas que contaron con la estructura del Estado: la exministra de Salud, Alejandra Venerando, y el exsecretario de Ambiente, Francisco Guevara. Después, Venerando optó por irse al Poder Judicial y Guevara abrió una especie de parrillada en Zonda. Bajaron la intensidad en la praxis política en contraposición a Perrone, que la aumentó.
Puede ser la interna de la interna. Históricamente, en el sector de Gioja predominó el apellido. Y todo indica que Leonardo Gioja tiene las credenciales para asumir la responsabilidad de ser la cara visible del espacio. Es un exdiputado que tiene experiencia en la gestión económica de la Provincia y que también compitió por la intendencia de la Capital en el 2023. De movida sacó más votos que el exasesor Letrado del Gobierno, el ahora juez de Paz Carlos Lorenzo. Sacó más votos que la exiputada nacional Graciela Caselles. Es decir, supo capitalizar el apellido en el marco de una estrategia provincial. ¿Y Perrone? No hay rencilla entre ambos dirigentes. No existen dudas sobre la conducción del exgobernador sobre su propia tropa. ¿Entonces? ¿Doble comando? Pareciera que no. Perrone tiene y, aparentemente, expresó la idea de conformar un equipo de trabajo para el 2027. Tuvo reuniones con exdirigentes del arco giojista que quieren reincorporarse a la vida política. Es una nueva veta del amplio espectro justicialista que busca hacerse un lugar, aunque sea a los codazos.

