Ingresar al Museo Bodega Graffigna es sumergirse en gran parte de la historia local, y cobra más valor si se tiene en cuenta que es el único dedicado a la vitivinicultura en San Juan, a escasos 3,5 kilómetros del radio céntrico. La visita es enriquecedora. Esta vez Carolina Fernández fue la encargada de recibir a los invitados para viajar 150 años atrás cuando comenzó a gestarse la vida de esa bodega. Desde la llegada de Don Santiago en el barco Colón, de donde sacó la marca de su primer vino, hasta la actualidad de la bodega que está en manos del grupo chileno VSPT. Todo impactante y con un mobiliario de la época que permite literalmente, viajar en el tiempo. Sí resulta curioso que este pedazo de historia sea menos conocida por los sanjuaninos que sólo forman parte del 10 por ciento de las visitas, contra el 70 por ciento de los turistas bonaerenses y el 20 por ciento restante de otros lugares del país o el mundo. Una deuda fácil de saldar.
La propuesta es para los jueves, viernes, sábados y feriados en tres horarios diferentes (11, 14.30 y 16), para sumergirse en este mundo. La primera parte es un raconto de la historia, para ingresar luego a un espacio que simula viñedos con diferentes sistemas de conducción donde se reciben datos de las características climáticas y geográficas de la provincia. Parada siguiente es la gran sala con maquinarias y herramientas que se usaban hace más de un siglo para hacer los primeros vinos de San Juan que ganaron un espacio en el mundo. Viejas prensas, un lagar, hasta barricas de la época con la inscripción de la bodega, todo ubicado sobre piso de madera que al caminar ya evoca pasado.
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Las antiguas oficinas con muebles traídos de Europa en aquella época, lucen impecables, junto a una inmensa calculadora y una registradora tan antigua que ahora resulta imposible de imaginar, incluso la enorme y pesada caja fuerte que por estos días está llena de libros de vino de aquel momento. Eso no sólo cuenta la historia de esa bodega sino de cualquiera de la época. Allí también se pueden ver imágenes que a simple vista parecen fotografías, sin embargo son dibujos en carbonilla. A pocos metros se encuentran elementos de lo que fue la primera radio local en salir al aire para sorpresa de la gente de aquellos años.






LLega el turno de la capilla precedida por una gigantografía de una vieja procesión de la Virgen, Increíble cada centímetro del único museo local que cuenta la historia del vino. Casi como una materia pendiente para todos.
La visita termina en una sala de degustación tipo wine bar donde se prueban tres vinos maridados con quesos o chocolates para realizar una experiencia sensorial, Esta vez fue acompañado de su enólogo, Diego Sánchez, quien dio las nociones básicas de una cata, y la actualidad de la bodega que diseña vinos adaptados al mercado de destino y a lo que exige cada consumidor.
Los vinos degustados por un exclusivo grupo de periodistas e influencers de San Juan fueron de la línea Graffigna Genuine Collection Chardonnay y otro Malbec, en tanto el tercero fue de la línea Graffigna Glorius Sellection 2022 Malbec. El juego consiste sólo en el disfrute y combinar aromas y sabores.
Victoria Quinteros y Cecilia Capdevilla, también de la bodega centenaria, acompañaron la detallada visita que también incluyó la vieja sala de cubas en las que ahora conviven los modernos tanques de acero inoxidable con una vasija en la que alguna vez se hizo una cena para 70 personas.
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Este espacio es una verdadera joya local muy elegida por los porteños que vienen a la provincia, y algún puñado de sanjuaninos que deciden conocer las raíces vitivinícolas. De más de dos mil visitas que recibió el Museo Bodega Graffigna desde su reapertura el año pasado tras la pandemia, sólo el 10 por ciento corresponde a sanjuaninos interesados en conocer no sólo la historia de la vitivinicultura sino también de los inicios de la radiodifusión y la idiosincracia de familias tan emblemáticos como los Graffigna y los Del Bono.
Desde sus inicios la bodega Graffigna ha visto pasar generaciones de enólogos, cosechadores y artesanos del vino. Cada uno aportando lo suyo y pese haber cambiado de dueños en un par de oportunidades, han mantenido el respeto a su identidad y carácter tradicional con la mirada innovadora que exige el presente de la industria.
No hay que olvidar tampoco que este establecimiento fundado en el año 1870 por Santiago Graffigna, se convirtió en la primera bodega de la provincia, y la tercera más antigua del país.
Para recordar
El Museo Bodega Santiago Graffigna se puede visitar los días jueves, viernes, sábados y feriados a las 11.00, 14.30 y 16.
El recorrido con degustación de tres vinos cuesta 7.000 pesos la clásica; 10 mil pesos con degustación de chocolates y 12,5 mil con quesos.
Para más información visite IG @graffigna.arg

