
Sin duda que el cáncer de mama que afecta sistemáticamente a tantas mujeres en el mundo es una constante preocupación para la ciencia. Por ese motivo es que hace unos días el doctor Francisco Soberbio, especialista en Cirugía Oncológica Mamaria, participó del Simposio Cuyano de Mastología al que asistió la doctora Mónica Morrow, cirujana oncológica especializada en el tratamiento del cáncer de mama de Estados Unidos.
Esta profesional se desempeña como Jefe de Breast Surgery del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (New York, EEUU), y llegó a la Argentina para compartir sus conocimientos y avances en este área.
Las técnicas desarrolladas por la especialista y su equipo de investigación han revolucionado la terapéutica de la enfermedad, con alternativas menos invasivas que buscan mejorar la calidad de vida de las pacientes durante y post tratamiento.
"Estamos viviendo una gran transformación en las prácticas quirúrgicas oncológicas, principalmente en el tratamiento del cáncer de mama. Las alternativas son múltiples, lo que nos permite personalizar los esquemas de tratamiento de cada paciente y mejorar la calidad de vida de las mujeres que atraviesan esta enfermedad. Cuando comenzó a utilizarse la radioterapia, la quimioterapia y la terapia hormonal, con las cuales se buscaba reducir el riesgo de morir de cáncer de mama; y reducir las posibilidades de que el cáncer reaparezca en el área de la mama tratada, las intervenciones quirúrgicas pasaron a ser menos radicales. Pero si bien los tratamientos habían evolucionado, las pacientes aún padecían sus efectos secundarios. Fue entonces cuando se comenzó a idear una manera de tener menos cirugía y menos tratamientos. El primer avance en este sentido fue el que llevó a la cuadrantectomia (sacar sólo el tumor) en vez de mastectomía (sacar toda la mama)", explica Soberbio.
El cáncer de mama no sólo genera miedo a la muerte que es común a cualquier diagnóstico de cáncer, sino que también está relacionado a la femeneidad, a la apariencia física de la mujer. El aspecto cosmético del cáncer de mama es mucho más importante que en otros tipos de cirugía y, al momento de decidir qué intervención realizarse, la inquietud de las pacientes sobre cómo se verán las mamas después de una cirugía conservadora influye, sobre todo porque en general las pacientes tienen la imagen de que la cirugía conservadora les va a desfigurar sus senos, lo cual no sucede cuando la realiza un profesional entrenado y experimentado en esta técnica.
"Las células cancerígenas cuando se van de la mama, se dirigen en primer lugar a los ganglios linfáticos. La biopsia del ganglio centinela (BGC) nos permite hoy detectar y analizar cuáles son los primeros ganglios linfáticos que resultan afectados en caso de que el cáncer se expanda desde la mama, los llamados ganglios centinelas; si éstos dan negativo, tenemos una seguridad de más del 95% de que no hay células cancerígenas en el resto de los ganglios linfáticos axilares, evitando así el vaciamiento axilar (linfadenectomia axilar) y sus posibles efectos secundarios, como el linfedema braquial o la inflamación del brazo", agrega el médico sanjuanino.
Actualmente gracias a un estudio de investigación realizado por la Dra Mónica Morrow algunas mujeres pueden pasar por una muy pequeña cirugía conservadora, sin tener que extirparse la mama completa, y además tener un riesgo muy bajo de requerir vaciamiento de los ganglios linfáticos. "Estos avances son parte de lo que llamamos la personalización de tratamientos de acuerdo a la enfermedad de cada paciente", indica Soberbio.
La quimioterapia es difícil de sobrellevar para las pacientes, especialmente cuando los efectos secundarios son más agresivos. Sobre este tema, Soberbio dice que "la investigaciones tendientes a establecer un método que permita identificar los casos que requieren quimioterapia y diferenciar aquellos que pueden evitarla, surgen los test genómicos que brindan información al mirar al cáncer individual de una persona, la biología tumoral particular. Cada vez más estamos tomando decisiones basadas en esta información sobre las características genómicas del tumor, y asegurarnos así que cada pacientes realice la terapia que necesita".
Afortunadamente, en los últimos 15 años, la terapéutica realmente ha avanzado. Los médicos cuentan con más alternativas y menos efectos secundarios. "Por eso no deben temer a los controles. Aconsejo realizarse la mamografía anual a partir de los 40 años y en caso de detectar un nódulo o un signo de alarma en las mamas, consultar rápidamente al mastólogo. Cuanto más temprano es el diagnóstico, menos cirugía y tratamientos requiere", dice Soberbio
El dato
Dr Francisco Soberbio
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