�En Hoboken, a 11 kilómetros de la ciudad de Nueva York, se concentraron una gran cantidad de ambulancias y vehículos de bomberos y policías para asistir a los cientos de pasajeros que se vieron afectados. El tráfico ferroviario en la terminal, ubicada a las afueras de Nueva York, quedó suspendido por el momento. ‘Una escena espeluznante, shockeante. Había sangre por todos lados‘, dijo una testigo del accidente. ‘Los vagones estaban llenos de pasajeros, como todas las mañanas -agregó-. Por suerte yo estaba en uno que no descarrilló‘. ‘Ambulancias, socorristas, helicópteros; vivimos la misma angustia del 11 de septiembre de 2001, cuando veíamos quemarse a las Torres Gemelas‘, dijo Derrick Petrucci, que trabaja en una editorial frente a la estación.
