Dijo que los días detenida le sirvieron para replantearse toda su vida. Que el dolor la sigue lastimando y que está arrepentida. Pero a la vez, Yamila C., la joven madre que entregó a su hija de manera irregular a una amiga y por lo que está afrontando una causa judicial, siente que tiene una nueva oportunidad. En diálogo exclusivo con DIARIO DE CUYO expresó que va a luchar por sus hijas, la bebé y su nena de 5 años, que ahora están bajo la custodia de dos tíos. “Todo lo que está pasando fue por tener a mi bebé conmigo. Por eso voy a hacer todo por ella y también por mi niña más grande. No me voy a quedar con los brazos cruzados”, dijo Yamila, de 25 años y cuyo apellido no se revela para proteger a las menores.
-¿Qué implica esa lucha?
-Muchas cosas. Conseguir una casa y un trabajo, estar con mis hijas, que no les falte nada. Yo me equivoqué en dar a mi hija, pero no se la di a cualquiera. Se la di a una mujer que conocía y que sabía que iba a quererla y cuidarla. Creí que ella podía darle una vida mejor de la que yo podía ofrecerle. Y me duele también la situación de ella (Carolina Castro), me duele su dolor, porque no puede ser madre.
-Dijiste que entregaste a tu hija por desesperación, ¿cuándo te diste cuenta que no ibas a poder criarla?
-En realidad todo el embarazo lo pensaba. Yo veía mi situación y sentía que no iba a poder. Me levantaba todos los días y me decía: “De dónde voy a sacar para los pañales, para la comida, para la ropa”, para todo lo que una criatura necesita para tener una vida sin sufrimientos.
-¿Por qué asentaron a la bebé con el apellido Castro?
-No fue algo planeado. Como ya habíamos hablado de la entrega, quisimos ir a los abogados de ella para arreglar todo, pero estaban de feria. Fuimos al Registro Civil y el hermano de Carolina me preguntó si podía ponerle su apellido, para que la nena pudiera tener la obra social. Y como pensé que iba a ser algo bueno para mi hija, le dije que sí. Fue por no saber, si yo quería que todo fuera legal.
-¿Cómo fue el momento en que Carolina se alejó de tu casa, apenas le diste la bebé?
-Terrible. Sentí que me quitaban una parte de mí. Esa noche no dormí. Después me la pasaba llorando, no comía, no dormía. Fueron 5 o 6 días en que me levantaba y me acostaba pensando en la bebé. Le mandaba mensajes a Carolina todo el tiempo. Por un lado pensaba que la bebé con ella iba a tener una vida mejor, pero a la vez me sentía mala madre y decía “cómo no voy a poder salir adelante con ella, si lo hice con la más grande”. No me justifico, pero no ha sido una vida fácil.
-¿Cómo es tu vida?
-Muy sufrida. Después de la muerte de mi mamá, no pude levantarme. Ese año de la muerte nació mi hija y después vinieron mis otros hijos, que están bien por la ayuda de mi hermano. Es que yo no pude salir adelante nunca más. Y eso que luché, que me moví, que busqué un buen trabajo, que peleé por tener una casa. Trabajé en una avícola, fui empleada doméstica, trabajé en el campo, pero no avanzaba.
-¿Pensaste que probablemente tu hija, cuando sea grande, pueda enterarse de todo esto? ¿Qué le dirías en ese caso?
-La verdad. No le voy a ocultar nada. Le voy a decir que no tenía para comprarle ni pañales y que estaba desesperada. Pero antes tengo que pedirle que me perdone. En realidad le voy a pedir perdón a mis hijas, a la bebé y a la más grande, porque ella también sufrió muchísimo, a la par mía. Ese día que me detuvo la Policía, me la sacaron de la mano y ella gritaba y lloraba; y yo arañaba las paredes porque nos estaban separando.
-¿Y tus otros dos hijos, los que cría un hermano?
-Se los di a mi hermano para que los cuidara porque sabía que los iba a tener mejor que yo, que les iba a dar mucho amor; ahora son sus hijos. Igual, yo nunca me alejé. Es más, ahora estoy viviendo en la casa de él y con los niños.
-¿Qué necesitás para rearmar tu vida?
-Necesito mi casa, mis cosas, un trabajo. Sé que voy a salir adelante. Siento que tengo una nueva oportunidad de formar una familia, que las tres vamos a conseguirlo. Ya toqué fondo, ahora tengo que sacar fuerzas de donde no tengo para salir adelante. Jamás quise vender a mi hija, como se dijo, jamás haría algo así. Y si hay chicas que están pasando por lo mismo, sólo puedo decirles que luchen, que no hagan lo que yo hice porque duele. Duele mucho.

