Una de las cosas en las que hizo hincapié Pell es en que ‘el Vaticano no está en quiebra‘. ‘Aparte del fondo de pensiones, que necesita ser fortalecido para afrontar las demandas sobre él en 15 ó 20 años, la Santa Sede está afrontado sus gastos, al tiempo que posee activos e inversiones sustanciales‘, dijo. Explicó que el papa Francisco ‘se dio cuenta de que el sistema financiero vaticano había evolucionado de un modo que resultaba imposible para cualquiera conocer qué estaba pasando en conjunto‘. ’Entonces nombró un comité de expertos para examinar la situación y proponer un programa de reformas basado en dos principios: adoptar los estándares financieros internacionales y transparencia.