�No es blanco ni es tinto, pero sí tiene color: el que le proporcionan el mayor o menor contacto con el hollejo de las uvas y unos modernos procesos de elaboración. Los vinos rosados pueden elaborarse con diferentes métodos: El primero y más simple, pero ya no se usa; es cortar un vino blanco con un poco de vino tinto. Segundo, el rosado también puede obtenerse como subproducto de la fermentación del vino tinto, empleando una técnica conocida como sangrado o sangría. Y tercera, es la técnica de la corta maceración, con uvas tintas, que termina fermentando del mismo modo que con un vino blanco.
