Por primera vez desde que las autoridades sacaron a sus hijos de una pieza en la que se encontraban encerrados con un candado, solos y llorando de hambre, Pedro Z. (40), el papá de las criaturas y cuya identidad se reserva para proteger a los menores de edad, habló y lo hizo en exclusiva con DIARIO DE CUYO. El hombre dijo que junto a su mujer extrañan a los chicos y desmintió que los abandonaran durante casi todo el día, como denunciaron los vecinos. Precisamente, el hombre señaló a sus vecinos como los responsables de la situación y realizó un pedido: ‘Queremos que nos devuelvan a nuestros hijos y nos dejen en paz’.

Pedro, sereno en las obras de cloacas de Chimbas, relató lo que pasó el jueves 8 de agosto, cuando personal del 102 y efectivos policiales llegaron a una pieza en la parte posterior de una vivienda de villa San Patricio y rescataron a sus hijos de 7 y 5 años, que lloraban de hambre. ‘Día por medio trabajo de vigilancia y me voy a las seis de la tarde. Mi esposa todos los días se va a lavar ropa a la misma hora a la casa de unos hijos grandes que tiene. Ella se va a las seis y vuelve a las ocho media o nueve de la noche. Pero era un rato nomás que los niños estaban solos. Y cerrábamos con candado la pieza para que estuvieran protegidos. Pero acá (por esa vivienda en la que viven nueve familias distribuidas en diferentes piezas) uno sale y hablan cosas. Ese día se cortó la luz, los niños se asustaron y por eso se pusieron a llorar’, expresó el hombre.

‘Cuando nos enteramos que se los habían llevado nos pusimos muy mal. Mi mujer está desconsolada y yo también, aunque lo mío pasa por dentro. Los extrañamos, extrañamos su presencia cuando entraba a la casa, los juegos de ellos. Lo único que queremos es que nos devuelvan a nuestros hijos y que nos dejen en paz’, dijo.

DESMENTIDA

De acuerdo a los relatos, los hermanitos vivían en una pieza de 3×4 metros con la puerta y la ventana constantemente cerradas, que no comían porque en esa habitación no hay cocina (tampoco baño) y que dormían en el suelo, en colchones que sacaban a ventilar porque tienen olor a orina. Los vecinos dijeron además que el padre se iba de noche a trabajar, mientras que la madre, Mónica, de 45 años, salía en la tarde y regresaba de madrugada.

Pedro desmintió a sus vecinos, aunque no dejó que este diario constatara las condiciones de la habitación en la que viven.

‘Mi situación es difícil y no encuentro otro lugar para alquilar, pero los niños no dormían en el suelo, sino que nosotros, los grandes, tirábamos los colchones al piso. Y aunque no tenemos cocina, ellos comían todos los días, porque están sanos y eso lo pueden comprobar (NdR: de acuerdo a la Dirección de Niñez, los menores no estaban enfermos ni desnutridos, pero sí bajos de peso). Es más, cuando mi hijo se levantaba y por alguna cosa no estaba listo el almuerzo me empezaba a retar a mí, en broma. Ahora hemos salido a buscar una casa, pero no puedo pagar más que $800, por eso nos estamos ofreciendo a cuidar una a cambio de pagar los impuestos. Queremos salir adelante’, apuntó.

Los niños se encuentran en un hogar del Estado. La niña, de 5 años, volvió a la escuela, mientras que el mayor, de 7, aún no está en condiciones de hacerlo pues deben realizarle estudios neurológicos.

Precisamente, los vecinos dijeron que el matrimonio no mandaba a sus hijos a clases. ‘La C… sí iba, pero G… no. Lo empezamos a mandar y fue dos años, pero no entendía y nos mandaron a hacerle estudios neurológicos, para ver si tenía que ir a una escuela especial. Pero como no tengo obra social, las veces que lo llevamos al Hospital Rawson no conseguimos turnos. Por eso pido ayuda a las autoridades, para que le hagan los estudios’, explicó.

La directora de Niñez, Adolescencia y Familia, Viviana Meglioli, ya había informado que al niño le realizarán estos estudios.

EN TRATAMIENTO

Meglioli apuntó que pese a que la madre está asistiendo a una psicóloga y a las citas de los especialistas que llevan el caso (afirmó que el padre sólo fue una vez al tratamiento), no hay garantías que les permitan asegurar que los menores no volverán a ser descuidados si se los restituyen, de acuerdo a los indicadores que manejan.

Meglioli, en tanto, señaló que los hermanos aún no preguntan por ella ni por el padre. Ninguno de los dos, por sugerencia de los especialistas, puede ver a sus hijos.

‘Yo sé que ellos nos extrañan, como nosotros los extrañamos a ellos. Y entiendo que no nos dejen verlos porque nos explicaron que si sabemos dónde están, podemos ir a buscarlos y llevarlos. Mi mujer y yo estamos haciendo lo que la psicóloga y la trabajadora social nos dicen porque queremos recuperar a los chicos’, señaló Pedro.