Lionel Messi volvió a ser el capitán de la Argentina, pero anoche en el calor sofocante venezolano poco tuvo de ese líder que se esperaba de él. La Pulga jugó uno de sus peores partidos con la Albiceleste y encima se lo notó como desentendido de la ayuda que necesitaba el seleccionado. El calor y el cansancio por haber jugado dos partidos en cuatro días pueden haber influido en el complemento, pero no al comienzo. Pese a ello el rosarino no mostró nada de su repertorio habitual en el Barcelona. Y para cerrar una noche para el olvido del zurdo, no quiso hablar ante la prensa antes de retirarse del campo de juego. El sábado, con el 4-1 fresco sobre Chile en el Monumental, sí lo había hecho. En tanto Messi fue uno de los pocos jugadores de la Argentina que anoche durmieron en Venezuela para hoy partir en avión rumbo a España.
