Las versiones informales aseguraban que si Martín Redrado dimite en estos días, ya no sería necesario el pronunciamiento del Congreso, ya que su situación haría innecesario discutir sobre la validez del DNU que lo removió del cargo. Tampoco fue posible conocer si ayer concluirán los testimonios reclamados por la comisión bicameral o si se agregarán nuevas consultas que se extenderían a los próximos días. El oficialismo reiteró el interés de apurar las definiciones y reclamó la elaboración de una pronta recomendación al Poder Ejecutivo, mientras que otros sectores aconsejaron tomarse todo el tiempo necesario para dar un dictamen fundado. Las exposiciones de los funcionarios quedaron selladas por el estricto secreto que rodea a las sesiones de la comisión.