Polo Bravo calificó su enfermedad como “de una pelea con karatecas japoneses”. Fue en un momento del encuentro con el gobernador Gioja en Casa de Gobierno. Describió que luego de la quimioterapia “durante 5 ó 6 días sentí dolores terribles. Ahí uno anímicamente se siente mal, pero después uno sale adelante”. El diplomático contó que “cruzo los dedos para que por lo menos el tumor que tengo en el pulmón esté más chiquito. Si eso anda bien, tengo que volver a terminar con mi tarea de embajador en Moscú porque estoy con licencia”. Y agregó: “Me haré los análisis y si no aparece nada seguiré trabajando y si aparece, seguiré luchando, porque así es la vida”. Sin pelo por efecto de la quimioterapia y sin su tradicional bigote, el dirigente bloquista quiso dejarles un mensaje a sus correligionarios: “A los bloquistas les digo que cuenten conmigo, que yo cuento con ellos y voy a tratar de pelear esto, porque esto se pelea todos los días un poquito. Que no se preocupen tanto por mi salud ahora”.
