"Hasta antes de que aparecieron las bodegas, San Juan se dedicaba al pastoreo, a criar animales, a intercambiar ganado con Chile. Ese era el principal movimiento económico. Pero fue en el siglo XIX que un grupo de personas empezó a ver que acá el clima era el indicado para darle trascendencia a la vid y empezaron a aparecer bodegas, que le dieron vida a San Juan y que fue el inicio de la vitivinicultura.
Estos hombres, pioneros de la industria, fueron claves para el desarrollo de la provincia. Había tantos viñedos, que hubo un momento en que llegaron a producirse 1.000 millones de kilos de uva. Por supuesto que no estaba la tecnología de hace 15-20 años, por eso es que todas las bodegas tenían destiladoras, a las que destinaban el vino que no salía en condiciones para convertirlo en bebidas espirituosas.
Alrededor de los años "40, la industria vitivinícola en la provincia eran tan importante, que San Juan ya era el segundo productor de uvas y vinos en el país, detrás de Mendoza. En Argentina por entonces se consumía 90 litros de vinos per cápita y por eso es que un viñatero con cinco hectáreas tenía capataz, encargado de finca, andaba en auto último modelo y festejaba en Casa España. Las circunstancias se lo permitían.
Sin embargo, la industria luego atravesó problemas y hoy las cosas han cambiado. Al vino le aparecieron competidores como la cerveza y las gaseosas y bajó el consumo per cápita. Los viñateros chicos le dieron paso a grandes diferimientos y se dio la reconversión vitivinícola, al cambiar las vides comunes por las de varietales. De unas 350 bodegas que llegó a haber en la provincia, este año pidieron permiso de elaboración unas 150.
Sin embargo, los vinos y las bodegas de San Juan no perdieron su mística y me atrevería a decir que hoy sus productos son más conocidos en el mundo como nunca antes. Es que la calidad de los vinos hechos en la provincia y la decisión de mostrarlos en eventos internacionales, con grandes resultados, le han dado un gran prestigio. Los productos sanjuaninos le han ganado espacios que estaban históricamente reservados a otras provincias vitivinícolas; y lo siguen haciendo.
El clima, la amplitud térmica, la poca cantidad de lluvia que cae al año, el suelo y la poca humedad ambiente le dan a la uva un sabor y aromas que hacen la diferencia con otras de distintas partes del vino. Sin ser exagerado ni mostrarme como un fanático, me atrevo a decir que los vinos sanjuaninos son únicos".
(*) Enólogo, lleva 61 años en la profesión, posee la matrícula 003 del Consejo de Enólogos, la más antigua en actividad.

