El arquero de Brasil, Julio César, admitió ayer que nadie esperaba la derrota ante Holanda en los cuartos de final, “Nadie lo esperaba. El grupo tenía mucha confianza y estaba bastante unido después del trabajo de tres años y medio”, dijo a la televisión con lágrimas en los ojos inmediatamente después del pitazo que ponía fin al sueño de conquistar el sexto título de la historia de Brasil. “Pero el fútbol tiene estas cosas. Creo que tenemos que saber salir de ésta. El mundo no se acaba. La confianza del seguidor brasileño era muy grande”, añadió entre sollozos e intentando contener las lágrimas.