Por Sergio Faletto / Diario La Capital de Rosario

Descender no es la muerte porque el fútbol sólo adquiere dramatismo cuando la violencia lo emparenta con la pérdida de la vida. Pero descender sí es degradante. Y la pérdida de categoría no es producto de una conspiración, de la mala suerte y tampoco de una derrota. Es la conclusión de un proceso mal encaminado. Cuando en el fútbol no se invierte, lo barato sale caro, muy caro. Porque la categoría no tiene precio. El domingo Central descendió. Y quebró. Desde lo económico una cuenta muy sencilla lo demuestra: los 17 millones de pesos anuales de la TV se reducirán a tres millones. Los importes de los contratos publicitarios serán muy inferiores. El plantel se devaluará y mucho. Los ingresos descenderán también. Socialmente pagará un alto costo, porque la B Nacional impone a los hinchas y socios a no poder viajar de visitante. Y deportivamente el torneo más federal no es sencillo de conquistar para lograr el ascenso. Por todo esto Central debe ser refundado. Sólo así Central volverá a ser de primera”.