La primera frase que tira Ana Victoria Ossa cuando habla sobre su rol como Virreina Nacional del Sol es lapidaria: "No he tenido la posibilidad de representar a la provincia", asegura. Y la decepción se nota en su voz, aunque intenta ocultarla. Es que ella, a diferencia de las soberanas anteriores y de su compañera Macarena Guerrero, la actual Reina del Sol, nunca salió de la provincia portando la capa y la corona para promocionar a San Juan. A pesar de eso, Ana cuenta que la gente de Calingasta, su departamento, le dio el protagonismo que siempre soñó.

Las actividades de las virreinas del Sol cambiaron con los años. Las primeras eran convocadas para participar en todos los eventos en los que se presentaba la Reina. Después, en 2009, Belén Chávez se salió del libreto de Virreina y fue más allá. Es que su cara comenzó a verse en todas las actividades oficiales y eventos solidarios, ya que, a mitad de su mandato, la reina Maira Márquez salió de escena y se recluyó en su casa para acompañar a su madre que estaba enferma y falleció antes de que ella dejara la corona. Ahora, la Virreina calingastina ocupa un lugar diferente: la principal sede de sus actividades es su pueblo y, en menor medida, el resto de la provincia. Pero nunca otro lugar del país.

Ana habla y gesticula despacio y hasta con cierta timidez, pero no duda en contar que la experiencia como Virreina no es la que esperaba. "Desde que me eligieron no salí de la provincia. Cuando te eligen como Reina o Virreina te plantean otras cosas, te dicen que vas a estar muy ocupada. Quizá Macarena sí tiene actividades y está ocupada, pero yo no", dice Ana tranquila en San Juan, mientras Macarena I está en Buenos Aires ocupando un lugar en el stand sanjuanino en la Feria Internacional del Turismo.

La experiencia que le tocó vivir a la Virreina es tan distinta a la que esperaba que, a principio del ciclo lectivo, decidió cursar sólo 3 materias del tercer año en Kinesiología, la carrera que estudia, para tener un año liviano y poder cumplir con sus responsabilidades de soberana. Pero dice que "al final perdí el año, porque ni cursé mis estudios como corresponde ni estuve ocupada por el virreinato".

Y, a pesar de que no tiene problema en contar que le hubiese gustado ir a otras provincias para conocer y representar a San Juan, dice que no siente rencor y no responsabiliza a nadie en particular por su escasa participación. Comenta que "no creo que sea algo en contra mío, supongo que debe haber falta de presupuesto para llevarnos a Macarena y a mí a todos lados".

Así, sus actividades principales se desarrollan en su departamento. "Todos los fines de semana me llaman de mi pueblo para pedirme que vaya a fiestas y otros eventos allí mismo. Me tienen loca, pero me encanta", cuenta Ana.

Otra de las cosas que destaca es la posibilidad de ser madrina de escuelas de educación especial en la Capital, donde, entre otras cosas, participó en la Fiesta de la Primavera que organizaron los colegios y quedó muy impactada por las demostraciones de amor de los chicos, quienes hasta la llamaron "celebrity".

De todos modos, la Virreina 2010 dice que no se arrepiente de haber llevado la corona a Calingasta. "Igual, aunque no era lo que esperaba, creo que vale la pena ser Virreina y poder representar a mi departamento. Es una satisfacción muy grande saber que sos la cara visible de tu lugar. Valoro mucho el apoyo y el afecto de la gente, que siento sobre todo en las señoras, ellas se sienten reinas a través mío", rescata la calingastina, que siente tanto orgullo por su pueblo que ni bien termine de estudiar en la Capital, asegura que volverá a vivir en su tierra natal.