"Yo estaba en los primeros años del secundario ese 10 de diciembre y después del acto de asunción salimos de la escuela a festejar. Había muchísima gente en la calle. Todos estaban contentos", cuenta el dramaturgo Juan Carlos Carta y dice que recuerda cómo a medida de que pasaban los días la situación de tensión que había reinado se iba descomprimiendo. "Antes de eso no se podía andar por la calle. Había una especie de estado de sitio permanente. Todos andaban con miedo. Yo estaba acostumbrado, aunque al ser tan chico no entendía muy bien qué pasaba" dice el hombre que aún tiene presente el momento en el que se enteró de que a sus vecinos de la esquina se los habían llevado por "extremistas". "Se trató de un cambio radical -comenta y se ríe por el juego de palabras-. Fue muy loco, todos pasaron de sentir un miedo extremo a estar felices", dice, aunque admite que durante los años que siguieron aún se percibía el temor de que esos días grises volvieran. "Los alzamientos posteriores nos enseñaron que teníamos que cuidar la democracia. Creo que el juicio a la Junta que hizo Alfonsín fue heroico. Más allá de las leyes que llegaron después, el hecho en sí es valorable", reflexiona Carta.
“Se trató de un cambio radical”

