Se trata de un ejercicio muy conveniente para los principiantes, en tanto combina la relajación con la respiración diafragmática sin mayores complicaciones y en un tiempo breve: * Adoptar una postura cómoda, ya sea sentado(a) o acostado(a). * No cruzar los brazos ni las piernas, porque eso provoca una tensión física. * Apoyar una mano en el estómago, justo por encima del ombligo. * Comprobar los principales puntos de tensión, y relajarlos conscientemente. Aflojar las mandíbulas, pero sin abrir la boca. Dejar caer los hombros. Abrir las manos y dejar caer los dedos. * Cerrar los ojos y tomar conciencia de la posición del cuerpo: primero la cabeza, y sucesivamente los brazos, el tronco y las piernas. * Respirar normalmente y escuchar la respiración durante diez inspiraciones. * Empezar a respirar profundamente, llenando antes el vientre y después el pulmón, en una sola inspiración. Controlar que primero se eleve la mano que apoyas sobre el ombligo, y luego llenar también el tórax. * Realiza diez de estas inspiraciones profundas, reteniendo el aire mientras cuentas hasta cinco. Después exhálalo. * Dejar que tu respiración se normalice naturalmente. * Tensar con suavidad los músculos y mientras se vuelve a relajarlos, abrir los ojos. (Fuente: vida sana.com).