- ¿Considera este compilado como un homenaje?

- Es un homenaje a mi poesía.

- Antes de cumplir sus 90 años, dijo que iba a dejar su pluma en pausa. ¿Ya dejó la pausa?

- Sí, voy escribiendo conforme siento la necesidad de hacerlo. A veces uno tiene la mente en blanco y no sale nada; no como los narradores que se imponen una rutina de trabajo y no está mal tampoco, son diferentes procedimientos.

- Además de la naturaleza, ¿qué otras cosas lo inspiran?

- Todo me sigue llamando la atención, hasta el comentario de la gente que conozco cuando salgo a la calle y voy a tomar un café.

- ¿Qué ve cuando se mira al espejo?

- En un poema de Aún ir a un ir -NdR: libro que se presentó el 5 de junio de 2010- yo escribo algo así como: "cuando me levanto de la cama al baño y me veo en el espejo me digo: este viejo arrugado que esta aquí..., y me voy a acostar; después cuando vuelvo a mirarme me doy una palmadita en el espejo". Nos debemos aceptar como somos en primer lugar, el tiempo no perdona y va quitando capacidades conforme pasa. Uno se miraba antes al espejo con superficialidad, sin pensar que iba a tener arrugas. En el apogeo de la juventud, ¡qué se va a imaginar uno que se le va a venir la decadencia!

- ¿Se imaginó esta trascendencia cuando empezó a dar sus primeros pasos en la literatura?

- No (risas). Lo único que yo quería cuando empecé a escribir era manifestar lo que sentía, sin saber a dónde me iba a llevar.