La primera escuela que fundó en San Luis, hoy es un ícono turístico. La habitación en la que murió en Paraguay, funciona como aula de una escuela. Su fotografía aparece en la carta del menú de un restaurán en Santiago de Chile y sus notas periodísticas están guardadas bajo cuatro llaves en los archivos del diario El Mercurio de Valparaíso. Estos son algunos ejemplos que muestran que por donde pasó Domingo Faustino Sarmiento, dejó huellas. Marcas profundas que todavía laten, sobre todo en Sudamérica donde vivió la mayor parte de su vida. DIARIO DE CUYO siguió el mismo recorrido que hizo el sanjuanino a lo largo de sus 77 años de vida. Fueron 10.000 kilómetros andados en 20 días, por tres países sudamericanos en los que el prócer se radicó. Un trabajo periodístico sin precedente que sirve para celebrar hoy el Bicentenario de su Natalicio.

Por primera vez un medio gráfico recorrió palmo a palmo cada sitio en el que vivió Sarmiento, en Argentina, Chile y Paraguay. Se reconstruyó su historia de exilios, batallas y amores encontrados. Todo con una mirada actual que muestra, a través de las páginas de este suplemento, lo que queda de Sarmiento en los lugares recorridos.

Hubo que atravesar Chile de Norte a Sur, llegar hasta un inhóspito pueblo puntano, navegar un par de ríos, cruzar la triple frontera y descubrir el corazón de Paraguay, para ver que la obra de Sarmiento todavía sigue vigente en Sudamérica y que los latigazos de su ideario también llegaron hasta el Norte del continente americano. Sus pasos dejaron huellas. Marcas que fueron desempolvadas por DIARIO DE CUYO y que hoy ofrece a sus lectores. Lo hizo observando in situ, cada lugar en el que Sarmiento se instaló, durmió, comió y escribió.

Llegar hasta estos sitios implicó descubrir a un Sarmiento poco conocido en esta provincia. De hecho, sólo vivió en San Juan 22 de sus 77 años. Es por eso que seguir sus huellas no fue fácil. Hubo que armar un rompecabezas del que en un comienzo hasta faltaron piezas. Datos imprecisos y hasta incompletos, brindados por un sinfín de biografías fueron el punto de partida. Pero una vez iniciado el viaje, los hallazgos fueron sorprendentes. Hasta el punto de entender que Sarmiento tiene una importancia histórica en otros países, que es poco dimensionada en San Juan.

Durante el recorrido, este medio se encontró con restos de una escuela avasallada por una dictadura militar chilena, una casa que se convirtió en museo, una de sus primeras aulas que hoy es una oficina de correo, y hasta una de sus viviendas chilenas que intenta curar las heridas de un terremoto reciente. Fueron muchas las personas que colaboraron para rearmar el recorrido. Desde un taxista paraguayo, hasta un bibliotecario santiaguino. El propietario de un restaurán de uno de los barrios más tradicionales de Chile y un guía de turismo perdido en el desierto de Atacama. Un grupo de ex alumnos de la primera escuela Normal que fundó en Santiago, deseoso de contar su historia y hasta periodistas que trabajan en el diario más antiguo de Sudamérica, por el que también pasó Sarmiento.

El desafío que se enfrentó no sólo tuvo que ver con la investigación histórica y con datos confusos que tuvieron que ser desenmarañados en el camino. El traslado a los distintos lugares implicó viajar en avión, en colectivo, en camionetas 4x4 y hasta en un catamarán. Un mate en la casa de Tigre, la amabilidad de los empleados de la Casa de San Juan en Buenos Aires, y hasta un coleccionista de antigüedades que intenta resucitar el barrio Yungay, sirvieron de apoyo para seguir con el recorrido. Es que hubo que pasar de la urbe más moderna y con torres espejadas de más de 40 pisos, a la pobreza de un país en el que los tobas se instalaron en su plaza principal para reclamar tierras. Ir desde la selva tropical, donde el granizo y las tormentas eléctricas son cosas de todos los días, hasta el más desgarrador desierto en el que no hay registro de que haya llovido alguna vez. Todos estos sitios fueron habitados en algún momento por Sarmiento, llevado por los exilios, por la búsqueda de un bienestar económico y hasta por el amor. Y hoy, tras el paso de casi dos siglos, su figura y su obra sigue intacta en estos lugares.

DIARIO DE CUYO apostó a realizar un recorrido inédito para rendir homenaje al hombre que nació en su tierra y del que todavía se habla en varios países del mundo. Sus múltiples facetas hicieron que los hallazgos durante el viaje fueran una constante sorpresa. Visionario, progresista, tan odiado como amado, Sarmiento marcó una época y logró que su busto esté hoy en varios puntos del planeta. Que calles, plazas y escuelas de numerosos países, lleven su nombre y que hasta poblados como el Delta en el Tigre o el barrio Yungay en Chile, se hayan formado gracias a él. Es por eso que la figura de este sanjuanino sigue vigente y es lo que DIARIO DE CUYO intenta mostrar a través de las páginas de este suplemento.